Una sonda espacial soviética de 495 kilogramos, lanzada en 1972 como parte del programa Venera, está programada para reingresar de forma descontrolada a la atmósfera terrestre entre el 7 y el 13 de mayo, según expertos en seguimiento de desechos espaciales. Conocida como Kosmos 482, esta nave, que originalmente tenía como destino Venus, quedó atrapada en órbita terrestre debido a un fallo en su cohete de lanzamiento en 1972 y ha estado cayendo gradualmente durante más de 53 años.
El módulo de descenso, diseñado para soportar las extremas condiciones de la atmósfera de Venus, tiene un diámetro de aproximadamente un metro y podría impactar la Tierra a una velocidad de hasta 242 km/h si su escudo térmico permanece intacto. Aunque la mayoría de los expertos consideran que el riesgo es bajo, comparable al de un impacto de meteorito, existe la posibilidad de que parte de la estructura sobreviva al reingreso. Jonathan McDowell, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, señaló que, de mantenerse intacta, la sonda representaría un objeto metálico de media tonelada cayendo desde el cielo.
La incertidumbre sobre el lugar exacto del impacto persiste, con una ventana de reingreso que abarca entre los 51,7 grados de latitud norte y sur, desde Londres o Edmonton en Canadá hasta el extremo sur de América del Sur. Dado que más del 70% de la superficie terrestre es agua, los expertos creen que es probable que caiga en un océano, aunque no se puede descartar un impacto en tierra firme. La sonda, inactiva y sin material nuclear, ha atraído atención por su diseño resistente, que podría permitirle llegar a la superficie terrestre.
Las autoridades espaciales y científicas están monitoreando su trayectoria, con actualizaciones esperadas a medida que se acerque la fecha. Aunque no se han emitido alertas oficiales, la posibilidad de un evento visible en el cielo, similar a una estrella fugaz, ha generado interés entre astrónomos aficionados, quienes podrían intentar observarla al amanecer o al anochecer en las próximas semanas.
