Jésica Rodríguez, no compareció este lunes ante la comisión de investigación del Senado sobre el caso Koldo, alegando problemas de salud mental relacionados con una depresión que le impiden declarar. Según fuentes cercanas Rodríguez comunicó a la cámara alta su imposibilidad de asistir a la sesión programada a las 10:00 horas, donde se esperaba que respondiera sobre su presunta implicación en la trama de corrupción vinculada a contratos de mascarillas durante la pandemia.
En una carta enviada al Senado, Rodríguez explicó que su estado psicológico actual, agravado por la presión mediática y judicial, le imposibilita participar en la investigación. La ausencia, acompañada de un certificado médico, generó críticas entre los senadores, especialmente del Partido Popular (PP), que preside la comisión. “Es una falta de respeto a las instituciones y al pueblo español”, afirmó el portavoz del PP, Luis Santamaría, quien insistió en que la comparecencia era crucial para esclarecer el rol de Rodríguez en las actividades de Víctor de Aldama, supuesto conseguidor de la trama.
La investigación del Senado, centrada en los contratos de emergencia adjudicados en 2020, ha puesto el foco en Rodríguez debido a su relación con Ábalos y a los registros de visitas de De Aldama al Ministerio de Transportes, así como a un piso en Plaza de España que ella ocupó entre 2020 y 2022, alquilado por el empresario. Aunque no está imputada, su nombre aparece en informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que analizan posibles conexiones con la red de comisiones ilegales.
La no comparecencia de Rodríguez coincide con un momento de alta tensión en el caso Koldo, que también involucra a Ábalos, investigado por el Tribunal Supremo por organización criminal, tráfico de influencias y cohecho. El pasado viernes, el exministro solicitó la declaración de varios testigos, incluido el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para desviar responsabilidades. La ausencia de Rodríguez podría interpretarse como una estrategia para evitar preguntas incómodas, aunque su entorno insiste en que su salud mental es una prioridad.
El episodio añade un nuevo capítulo a una investigación que sigue sacudiendo la política española, con el caso Koldo como telón de fondo de un debate sobre la transparencia y la responsabilidad en la gestión de la crisis sanitaria.
