María del Carmen Morales, integrante del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, y su hijo fueron asesinados en Tlajomulco, Jalisco, según denunció la agrupación a través de redes sociales. Este colectivo había ganado notoriedad en marzo tras descubrir el Rancho Izaguirre en Teuchitlán, un lugar que calificaron como un «campo de exterminio» operado presuntamente por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), donde se hallaron crematorios clandestinos, restos óseos y cientos de pertenencias de víctimas.
El Rancho Izaguirre, un terreno de 10,000 metros cuadrados, fue identificado como un centro de adiestramiento y exterminio del CJNG, según el colectivo, que reportó 15 lotes de restos óseos y tres estructuras para incinerar cuerpos. Sin embargo, las autoridades, incluyendo al secretario de Seguridad Omar García Harfuch, han rechazado esta definición, asegurando que no hay indicios de un «campo de exterminio» y que el lugar funcionaba principalmente como un centro de entrenamiento para reclutas del cártel. La presidenta Claudia Sheinbaum también respaldó esta versión, aunque pidió una investigación transparente para esclarecer los hechos.
El asesinato de María del Carmen y su hijo se suma al de Teresa Gonzales Murillo, otra madre buscadora del mismo colectivo, ocurrido semanas antes. Estos crímenes han generado indignación y miedo entre los colectivos de búsqueda, que enfrentan constantes amenazas por su labor. La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha exigido una investigación exhaustiva, mientras que en redes sociales, usuarios han lamentado la falta de protección para estas activistas, señalando que el caso del Rancho Izaguirre expone la impunidad y negligencia de las autoridades, ya que el lugar había sido cateado en septiembre de 2024 sin que se reportaran hallazgos significativos.
La muerte de María del Carmen y su hijo refleja la peligrosa realidad que enfrentan las madres buscadoras en México, donde más de 120,000 personas permanecen desaparecidas. El colectivo Guerreros Buscadores ha convocado a una vigilia en el Zócalo de la Ciudad de México para honrar a las víctimas y exigir justicia, mientras la sociedad mexicana clama por respuestas frente a la violencia y la crisis de desapariciones que no cesa.
