El presidente de Brasil, Luis Ignacio Lula da Silva, en una reunión con corresponsales extranjeros, ha advertido a Nicolás Maduro, a quien las encuestas dan como perdedor de las elecciones venezolanas del domingo, que “cuando uno pierde se tiene que ir y cuando uno gana se tiene que quedar”.
Lula reconoció que se asustó con las últimas declaraciones de Maduro, que indicaban que si el chavismo perdía las elecciones del domingo se produciría un baño de sangre. “Estas cosas no se pueden decir”, dijo el dirigente brasileño, “porque lo que hay que hacer es respetar las reglas democráticas y también el resultado electoral, sin andar con amenazas; confieso que esas declaraciones y el anuncio de una guerra civil si Maduro pierde las elecciones, me asustaron”.
Las encuestas siguen dando como ganador a Edmundo González Urrutia, el candidato de la oposición, aunque nadie duda de que el chavismo hará trampas, porque controla los automatismos del recuento y es capaz de cometer un pucherazo masivo y a la vista de todo el mundo. El tema está en que alguno de los dos bloques se proclame ganador antes del cierre del escrutinio electoral y que, tras ser concluido el recuento, sea demasiado tarde para trasladar al pueblo venezolano el verdadero ganador, una vez que alguno de los dos bloques se haya proclamado como tal.
Este es el truco que generalmente usa el chavismo: proclamarse vencedor para que luego no exista margen de rectificación, en las primeras horas de la tarde del domingo. Hay quien habla de un plan B de Maduro: un viaje a La Habana o a Moscú, en un avión que ya tiene preparado en La Carlota, un aeródromo militar situado en el centro de Caracas, o un golpe militar contra la democracia, si se ve perdido. El Ejército está con él, aparentemente, aunque nunca se sabe.
Todo parece indicar que el chavismo tiene sus días contados, curiosamente cuando el país mejora económicamente y cuando se obtiene más petróleo que en los últimos años, aunque el dinero del petróleo ya se sabe que no va siempre a las arcas del Estado. Se lo reparten unos cuantos antes de que el dinero llegue a ellas.
Lula ha informado a los corresponsales extranjeros en Brasil que dos veces le ha advertido a Maduro que para que lo respeten tiene que ofrecer un proceso electoral limpio. Y que enviará a su asesor internacional, Celso Amorim, a Caracas para vigilar el proceso electoral, además de los otros dos observadores que destacará el Departamento de Justicia de su país. Lula es un líder moral en América, así que sus palabras cobran doble valor, primero por presidir una potencia como Brasil y después por esa condición de líder moral que ostenta.
“Para que los venezolanos que han huido al extranjero regresen, para que vuelva a haber inversión en Venezuela, para que la estabilidad del país se produzca, tiene que haber un proceso electoral limpio”, dijo Lula, que ya ha reprendido varias veces públicamente a Maduro, al que está ayudando a que se le reconozca internacionalmente. “Pero si pierdes, te tienes que ir”, reiteró el presidente brasileño, de manera concluyente. Y añadió que “el problema de Maduro es que no sabe perder, pero tiene que aprender”.
