El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, no se presentará a la reelección el día 5 de noviembre próximo, según indicó él mismo en una carta dirigida al pueblo norteamericano y que ha hecho pública el propio presidente en la tarde de hoy.
La noticia era también la crónica de una muerte anunciada. Senadores y miembros de la Cámara de Representantes demócratas habían pedido a Biden que diera un paso a un lado, ante las evidencias de su mal estado de salud, que siempre fueron negadas por el entorno del presidente, su equipo electoral y hasta su propia familia.
Joe Biden, de 81 años, manifiesta deficiencias neurológicas en su comportamiento y en su apariencia, confunde a las personas, tiene pérdidas de memoria, fallos en el equilibrio y otras aparentes carencias en su forma de comportarse. Los demócratas veían nulas posibilidades de ganar la presidencia si Biden es el candidato.
Ahora se abre el debate de quién le va a suceder en la carrera electoral. Este periódico ha publicado algunos nombres en crónicas anteriores, aunque ahora se les une el nombre de la vicepresidenta, Kamala Harris, que parece ser la preferida por el Partido Demócrata para suceder a Biden en la presidencia de los Estados Unidos.
La carta dirigida a los americanos es muy plana, hace alusión a algunos logros durante su mandato y avisa de que en las próximas horas e dirigirá a la nación para ampliar la información sobre su renuncia a presentarse de nuevo a la presidencia USA.
La situación de Joe Biden era insostenible y su renuncia a ser candidato estaba siendo pedida a gritos por medios de comunicación, altos cargos del Partido Demócrata y, sobre todo, por las fortunas que contribuyen a la financiación de la campaña electoral, que se habían negado a colaborar si Biden era el candidato a la presidencia.
En cuanto a Kamala Harris, los demócratas no están tampoco muy convencidos de que sea ella la más indicada para sustituir a Biden en la carrera electoral. Durante el mandato de éste no se le ha encargado ni una sola misión apreciable en el exterior, manifiesta carencias políticas y se le tiene por una mujer no demasiado inteligente ni capaz para dirigir una nación como los Estados Unidos. Pero esto nunca se sabe, porque hay ejemplos suficientes para desmontar esta teoría. Como el de Ronald Reagan, que llegó a la Casa Blanca sin el convencimiento de millones de americanos y luego fue un gran presidente, a partir de su trabajo como actor de cine secundario, más tarde como gobernador y finalmente como presidente.
