Cuando el sicópata tenga que convocar elecciones, cuando ya no pueda más, todos los que todavía lo siguen adulando echarán a correr como las ratas que abandonan el barco que se hunde. Es ley de vida, ha ocurrido siempre y ahora no va a ser una excepción. Los whatsapp publicados por “El Mundo” han sido la gota que ha colmado el vaso y Sánchez tiene muy poco ánimo ya, y más cuando parece que se demuestra su interés en lo de Air Europa y, sobre todo, porque los descalificados, como la por él llamada pájara, la que está jodida y los demás, tienen que andar bastante cabreados. Vamos a ver si sale algo de Marlasca, que aunque le ha demostrado su fidelidad inquebrantable –como la que se le rendía al caudillo bajito, pero con su único huevo muy grande—, puede ser citado también en los whatsapp, según fuentes. Fuentes que a veces se equivocan. Y ahora leo en “El Debate” que detrás de la filtración de los mensajes ¡está Ábalos! Pues si está Ábalos, bendito sea Dios. Debe tener un tesoro ahí guardado, dice que porque él y Sánchez son historia de España y porque quería escribir un libro de memorias. Otro que lo redactaría con pluma ajena, como Sánchez, porque él solo (Sánchez) es incapaz de escribir ni siquiera una tesis doctoral y parece que la suya la copió del Rincón del Vago, en la Internet. No digo Ábalos, que es iletrado, a pesar de sus citas de Quevedo, me parece. ¿O eran de Calderón de la Barca? Me da que Ábalos no tiene nada de Segismundo. Me da también que Sánchez está todavía más perdido que Ábalos, que lo fue todo en el PSOE y ahora dice, él mismo, que se siente como un mono de feria. Pobre hombre, cómo ha pasado de cero al infinito. El sicópata está rodeado, ya lo dije ayer en algún lado, y me da que va a tener que convocar elecciones, aunque igual las gana. ¿Qué hará Puigdemont, ayudarle a ganarlas o convertirse en rata y abandonar el barco? En realidad, da igual, si el Parlamento está disuelto, Puchi ya no le interesa a Sánchez y no tiene por qué cumplir su promesa de traerlo a España, aunque sea en el maletero del coche oficial del Tribunal Constitucional. Qué vergüenza, cómo ha caído España, qué mal estamos. En los pasillos del Parlamento Europeo de Estrasburgo y en los edificios enormes e inútiles de las instituciones europeas de Bruselas, los políticos de la vieja y acabada Europa se preguntan –en francés–: ¿Pero qué pasa en España? Y Sánchez vestido de azul, con su camisita y su canesú, esperando que vuelvan sus banderas victoriosas. Pues me da que ni al paso alegre de la paz.
sábado, 19 julio,2025
