La nueva obsesión se llama Israel

Abandonada, por imbatible, la obsesión por Isabel Díaz Ayuso –al menos por el momento–, la nueva obsesión de este pájaro que nos gobierna se llama Israel. Está moviendo los escasos hilos que le quedan de su marioneta europea, ahora para expulsar a Israel de Eurovisión. No soporta que el propio pueblo que gobierna, el español, haya votado en masa a la canción israelita en el festival europeo, y no porque sea una buena melodía, que no lo es, sino por darle por retambufa al sátrapa de La Moncloa, ya digo que obsesionado con el Estado de Israel. Este tío siempre ha de tener un enemigo en casa. Y más cuando el tema de su mujer, el de su hermano, el de Ábalos y el de Santos Cerdán están cada vez peor. Los guionistas de La Moncloa le han dicho: pide que retiren a Israel de Eurovisión. Los 800 guionistas de La Moncloa que pagamos todos le han pedido a Sánchez que adquiera otra obsesión con Israel, que suelte a Ayuso de momento y que la tome meona con los israelitas, sean músicos, sean políticos, sean militares o mediopensionistas. Sánchez lo que pretende es ocultar la mamazón de su entorno, y quién sabe, y para eso todo vale. Así que ahora tendremos Israel para rato porque Sánchez y su banda pretenden evadirse de los problemas domésticos y endosárselos al primero que encuentren. Así que el sátrapa y sus ministros están afanados contra Israel y a ello se dedican con estimable esfuerzo. Respira Ayuso, respira su novio y respira Feijóo, aunque Feijóo es para Sánchez sólo un recurso coyuntural, un enemigo sin entidad, a tiempo parcial, time sharing. Ahora hay que estar contra Israel, hasta que el tema reviente o muera de viejo. Porque ya me dirán lo que es Sánchez para Israel: sólo una mosca cojonera. En fin, que el tema a mí me aburre, no sé a ustedes, desocupados lectores. Tenemos un presidente que ya sólo es un pobre hombre, huyendo sin parar hacia adelante y atropellando al que tenga que atropellar. Fíjense que para demostrar que es un valiente, después de lo de Paiporta, tiene que darse una gira internacional. Pobre chico. Y, encima, gana la derecha en Portugal. ¡Está rodeado!