Gentuza

España está gobernada por una turbamulta sin escrúpulos, por una gentuza que no se avergüenza de lo que hace porque ha adquirido la convicción de que puede actuar impunemente, saltándose las normas que sean precisas y con ninguna vergüenza a la hora de dar cuenta –cuando la da— de sus actuaciones. Es decir, que España ha entrado en una espiral en la que llevamos tres años sin presupuestos y a los que gobiernan les da exactamente igual, porque ni siquiera tienen conciencia de la gravedad que conlleva  su actuación. España es un culo con escaras, que no pinta un carajo en Europa y pintaría todavía menos si Europa se enterara de lo que está pasando aquí, que no tiene ni idea. En realidad hay dos Españas, lo que tampoco es nuevo, y dos repúblicas consentidas metidas en el territorio español peninsular, que ni siquiera pretenden serlo por parte de la mayoría de sus habitantes, pero que están acojonados por una minoría de independentistas, burguesía aprovechada, bandadas de fuera de la ley, alborotadores y loquitos, que hasta desprecian su idioma madre para adoptar otros sin pies ni cabeza, que en muchas ocasiones tienen que acudir al español para completar sus vocabularios y que se puedan entender entre ellos. Al frente del cotarro está un tipo que lo da todo por el poder, hasta lo que no tiene. Que le importa un carajo lo que le digan. Y que consiente la corrupción rampante que acabará con nosotros. Que indulta a delincuentes y que ha dejado al país hecho un desastre, sostenido sólo por una economía aceptable que han creado los particulares, jamás el Estado, y por una oposición muy floja, que no es capaz de agitar como debiera la cosa pública para que los responsables paguen por lo que están haciendo. Son las dos Españas que subsistían antes de la guerra civil, luego Franco montó una unidad ficticia (porque el odio permanecía subyacente) y sólo fue conseguida la unidad verdadera a través de la bendita y modélica Transición, para que luego llegaran trapaceros como Zapatero y Sánchez para que las dos Españas renacieran de sus cenizas. Este es el panorama español, ignorado por Europa, a la que pertenecemos sólo para el reparto, porque no pintamos nada en ella. A ver qué país prorroga tres años el presupuesto nacional, que no sea una república bananera de las que nosotros mismos creamos en América con nuestra torpeza colonizadora.