Los morritos de Diana

¿Le puso escolta Marlasca –a mí me gusta más poner su apellido en castellano— a los escracheados del PP en su momento? No. ¿A Bárcenas? No. Pues a Leire Díaz no la escrachea nadie y el ministro le ha puesto escolta, con el consiguiente cabreo de los sindicatos policiales. ¿Para qué necesita Leire escolta? ¿Y por qué se la imponen, a costa de todos nosotros? Si Leire se ve amenazada, ¿por quién se ve amenazada? ¿O es que Marlasca teme que revele más cosas la plumber (fontanera) de La Moncloa? Ayer, jueces y fiscales se manifestaron contra la ley trampa –otra— del Gobierno de Sánchez/Bolaños. Pero yo creo que no la van a poder aprobar, me da, porque en las Cortes no se la van a votar. Ya no les vota nadie. Cualquier día se le rebelan los ocho de García-Page, que será el nuevo líder socialista. Tampoco creo que votaría esa ley trampa la extrema derecha catalana de Junts, porque luego valdría para el PP, ojo. Ayer, la Audiencia de Barcelona decidió aplicar la amnistía a 40 miembros del chiringuito de Puigdemont que dieron aquel golpe de Estado. Parece que los delitos no llegaban al mínimo exigido. Bueno, respeto a los jueces, si lo pedimos para unos lo pediremos para los otros. Por cierto que ayer la presidenta del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Isabel Perelló, ha hecho una seria advertencia a políticos y ciudadanos y supongo que también a los medios: hay que respetar a los jueces. A mí esta magistrada me encanta: sabe estar, dice cosas muy interesantes, está al tanto de lo que ocurre contra los jueces, es muy inteligente y está segura de lo que dice. Y se hace respetar. Es progresista, imparcial, la acepta todo el mundo y ha normalizado el CGPJ. “The Times”, en otro orden de cosas, como se decía en el periodismo antiguo, ya llama a Sánchez el Galgo de Paiporta y lo ha puesto a caldo de pota; pero le dice de todo. Y, en el Senado, Diana Morant, que a mí me cae bien, ministra valenciana, o así, ha puesto morritos enfadados y ha tirado de lo que les queda: la ironía. Le ha dicho al vicepresidente Javier Maroto (PP) que si no sabe presidir una sesión que le pase el testigo al titular de la cámara alta, que era un escándalo, como cuando se sublevan los coreanos del Sur en su Parlamento: pataleos, aplausos, gritos, sólo faltó que alguna señoría se quitara un zapato y se lo lanzara a Diana o a Maroto. Javier Maroto es un tipo conciliador y buena gente, pero la Morritos, erre que erre, para no contestar a una pregunta “al modo Sánchez”, es decir, respondiendo pero sin decir nada. Una moda peligrosa en una democracia parlamentaria. A mí Morant me gusta, será por los morritos, pero tiene su encanto personal. Y luego, hablando de otra cosa, está lo de Gibraltar, que se integra en el espacio Shengen, desaparece la valla y agentes españoles de inmigración, supongo que de la Policía Nacional, junto con otros “europeos” (¿) controlarán levemente el paso fronterizo (será una línea en el suelo), los pasaportes, el aeropuerto/carretera y el puerto/contrabando. Ya saben las consecuencias, ¿no? Cigarrillos baratos pasarán a España, whisky barato, todo barato. Me pido un gin-tonic. Los agraciados son los habitantes de La Línea y alrededores: fumarán y beberán casi gratis. Me apunto, repito. Y me parece bien lo del derribo de la valla, que parecía el muro de Berlín. Volveré a Gibraltar si me da tiempo. Espero no encontrarme allí, exiliado, al Galgo de Paiporta, del que el “Times” dice que ya le queda poco camino para correr. Excelente metáfora. Dios les bendiga la clarividencia.