Cuando don Manuel Fraga Iribarne se inventó este eslogan, primero en español y luego traducido al inglés: Spain is different, seguramente no imaginaba la fortuna de la frase, ni tampoco que iba a ser toda una seña de identidad para nuestra nación en el mundo. Cuando el reciente atentado contra Donald Trump, el día que aquella bala le rozó el tronco de la oreja y a punto estuvo de atravesarle el cráneo, la cosa se saldó con la muerte del agresor, por parte de un francotirador del Servicio Secreto, y con la inmediata dimisión de la jefa de este cuerpo de seguridad, encargada de la protección del presidente, del vicepresidente y de las autoridades que visitan el país, además de otras misiones. En poco más de una semana se depuraron todas las responsabilidades. Aquí, en España, le han encontrado al jefe de Blanqueo de la Policía Nacional de Madrid veinte millones de euros, en números redondos, que guardaba, emparedados, en su chalet de Madrid y uno más en un cajón de su despacho. Si no se los legó el abuelito Florensi, como a los Pujol, el pasma los obtuvo del narcotráfico, con el que se llevaba este poli la mar de bien. A la vista de lo ocurrido, no veo que dimita nadie y mucho menos Marlasca, que es el jefe de la Policía Nacional. Si Pedro Sánchez montara un circo en este momento, hasta los espectadores serían enanos. Mira que tenemos una policía ejemplar, pero cuando a uno le entra la tentación del trinque, caen un montón detrás. De momento, hay quince detenidos, pero el secreto del sumario impide distinguir si son policías, como el apodado “El Soso”, o ladrones. No se sabe nada, sólo que encontraron los billetes al Soso tras una pared y el otro millón en un cajón de su despacho, eso sí, cerrado con llave, seguramente para gastos menores. España es diferente. Y por eso no va a dimitir nadie, sino que empezarán a echarse las culpas unos a otros, como en Valencia, donde ahora dicen que Mazón, el presidente de la Generalidad, almorzaba con una periodista durante la riada porque quería nombrarla directora de la Televisión Valenciana, o algo así. ¿Y qué? Peor es dejar entrar a Delcy cargada de oro, permitirle una escala en Barajas y hacer la vista gorda del sospechoso trasvase de maletas. No creo que Mazón, con sus propias manos, hubiera podido detener la riada, ni siquiera desde el restaurante, y los socialistas son unos artistas en montar fakes en las redes. Hay un equipo en La Moncloa destinado a eso. Bueno, a eso y a otras cosas. Ya verán lo poco que va a durar en algunos medios, si es que aparece, la noticia del comisario corrupto y de su santa esposa, igualmente corrupta e igualmente pasma. Ahora en España están de moda las esposas corruptas. ¡Qué país, Miquelarena, qué país!”.
sábado, 17 mayo,2025