Las cosas se pueden poner mal en el C.D. Tenerife por culpa de mensajes en las redes que algunos miembros del consejo de administración atribuyen al entorno de José Miguel Garrido Cristo, el mayor accionista, que no acaba de sintonizar con la afición blanquiazul.
Los twits llaman “indígenas” a los aficionados y arremeten contra algunos periodistas y contra los abonados y ciertos ex empleados de la entidad. Es raro, pero parece un ataque desde dentro. Un autogolpe. Creo que Garrido Cristo tenía a un sobrino aficionado a los twits que, sin duda, perjudican a su tito. Si fuera él su autor, claro.
La esperanza se llama ahora Rayco García Cabrera, que es un joven y desconocido inversor, que gana su dinero organizando eventos deportivos para gente famosa, como Messi, o eso dice él. Vive más en Arabia Saudita que aquí, pero ha ido, poco a poco, comprando acciones del Tete y dispone ya de un buen paquete de ellas. Dicen que si se junta con Juan Pelayo, el acaudalado industrial de la carne, tendría mayoría.
Paulino Rivero, presidente del Club –colocado en la entidad por Amid Achí, otro accionista de referencia que tiene sindicadas sus acciones con Garrido Cristo— , está ahora muy ligado a Rayco García Cabrera. No está de acuerdo con el entrenador que trajo Garrido, ni tampoco con los fichajes. Y tiene razón: el Tenerife ha perdido los dos primeros partidos de Liga, ante Eldense y Almería, ofreciendo además una pobre impresión.
Por lo que he podido saber de fuentes solventes, de dentro del club naturalmente, Garrido está flojo de posibles y le ha soltado una cuantas acciones a Rayco García, con lo cual éste ha fortalecido su posición dentro del Tenerife. Por otra parte, a Garrido le da lo mismo el C.D. Tenerife, no creemos que le tenga mucho cariño: el único cariño que siente el sobrino de Ángel Cristo por el Tete es poder vender bien el club y embolsarse unas perras, que buena falta le hacen.
Garrido vive habitualmente en Londres y tiene sus negocios diversificados, no sólo en el fútbol. También tiene algunas causas pendientes con Hacienda, aunque quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Pero esta guerra de twits y sobrinos, que el Tenerife ha lamentado en un comunicado, no es buena para el club, aunque ya esas cuentas en redes se habían cerrado misteriosamente. Y que el godo Garrido desprecie a la afición del Tete, si él o su entorno son los autores de los mensajes, que el Tenerife está investigando, no es bueno ni para ellos ni para el club.
La afición no quiere a Garrido Cristo, esto es un hecho. A Rayco, aunque no lo conoce casi nadie, lo aceptan más porque es de aquí y sí quiere al Tenerife. El otro es un empresario que lo que pretende es comprar barato para luego vender caro. Y Paulino Rivero está en el centro, viéndolas venir y ahora inclinado a las intenciones de Rayco García Cabrera, con el que tiene buena relación.
Los demás accionistas grandes, menos Juan Pelayo que va por libre, siguen sindicados a Garrido. Me refiero a Amid Achí, que no da puntada sin hilo, y a Conrado Bacallado, que hace lo que le dice Amid. O sea, que las fuerzas están divididas y justitas.
Parece que Rayco García quiere pasar más tiempo en Tenerife. Acaba de comprar un viejo hotel en el Puerto de la Cruz, para restaurarlo. Un edificio que también lo quiso adquirir Amancio Ortega, a través de Amid Achí. Pero la operación no salió.
Lo peor de todo es que el Tenerife parece un club de tercera, que ha perdido sus dos primeros partidos y que no da la talla. Y por eso cada vez vale menos. A lo peor a algunos no les van a salir las cuentas. Ya veremos.
