Melania

¿Cómo una mujer tan fina y elegante se pudo desposar con ese animal? ¿Será sólo por las perras? Si es así, qué desilusión. Me estoy refiriendo a Melania y a Trump. Ella es católica, él no, ella es fina, él es bruto de atar. Pero la verdad es que mientras a Trump se le vio inquieto en el Vaticano, pensando en mil criptomonedas, a Melania se le contempló serena, sin cruzar las piernas, impecablemente vestida, tiesa como un garrote y elegante hasta decir basta. Una señora, en toda la extensión de la palabra. Logró que la sentaran al lado de los reyes de España. Fue modelo de alta costura y se le nota. Es eslovena y norteamericana y tiene 54 años frente a los 78 del pedazo de animal americano, dicho sea con todos los respetos, como se dice siempre en los Estados Unidos cuando uno se dirige al presidente. De todas formas, Trump, al que yo le habría votado y no al inepto de Biden o a la zoqueta de Kamala Harris, está haciendo su trabajo y fue el protagonista del funeral papal, además, claro, de Zelenski. Pero, por ejemplo, al pequeño rey de Jordania que me parece que estuvo allí junto a su bellísima esposa, apenas si le vi. No lo enfocaron las cámaras. O a lo mejor es que no fue y yo soy un ignorante. Tampoco enfocaron al premier inglés, yo creo que el realizador era católico. Trump tuvo una coña con Zelenski, que venía vestido a lo Zelenski, pero con el añadido de una sahariana: “¡Hombre!, hoy vienes vestido de gala”, le dijo, riéndose. Trump, con su anatomía, lo mismo que el rey de España y Melania, destacaban entre tanto enano, y ponían la nota relevante en el funeral papal, que no resultó un coñazo, sino todo lo contrario. La foto de Trump con Zelenski sobre el mármol de la basílica de San Pedro es de Pulitzer, si la tomó un americano, porque si no fue así creo que no le pueden conceder el Pulitzer, a no ser que hayan cambiado las bases, que en este mundo todo cambia. Por cierto, bonita y sencilla la tumba de Francisco, en lo que antes era un armario para almacenar velas en Santa María la Mayor. Muy lograda, sí señor. El fin de semana fue movido, pero yo de fútbol no hablo. Lo siento mucho. A Rüdiger hay que mandarlo a la escuela, Florentino.