Pedro Sánchez se pliega a las pretensiones de Bildu –herederos de ETA— en el proyecto de ley de Seguridad Ciudadana. Veremos qué pasa en el Congreso. No habrá devoluciones de inmigrantes en caliente, no podrán disparar la Policía ni la Guardia Civil pelotas de goma, se reduce el tiempo para la identificación de las personas, los que sean puestos en libertad deberán ser conducidos al mismo lugar donde fueron detenidos, la posesión de marihuana será algo insignificante cara a la ley, el nudismo prácticamente se despenaliza: todo el mundo en pelotas; ya se puede rodear el Congreso de los Diputados como los indios rodeaban a las caravanas en el Lejano Oeste. O sea que Podemos será feliz, con lo que les gusta a los podemitas rodear el edificio de la Carrera de San Jerónimo. Una maravilla de ley, inspirada por Bildu. Una ley que será conocida como la de las pelotas de Sánchez y que tiene aún un largo recorrido parlamentario, donde se limitará la autoridad de los agentes y se dejará a los pies de los caballos a las fuerzas del orden. Una ley que traspasa los límites de la democracia. Una ley impropia de un país civilizado, cuyas posiciones más relevantes las han inspirado, aportado y firmado los herederos de los terroristas. Las concesiones de Pedro Sánchez para él agarrarse a las asideras de La Moncloa son vergonzosas y los ministros son como los enanos de la Virgen: bailan al mismo son, al son de la canción negra que les canta el presidente. Es terrible lo de este insensato, que sigue manteniendo a España en vilo. Y que sigue ahí, dando el coñazo un día sí y otro también. El peor y más desquiciado presidente de la historia de España. ¿O me equivoco?
martes, 29 abril,2025
