Inglaterra es una de las peores selecciones de la Eurocopa. Ni Bellingham ni San Bellingham, una vergüenza. Pero ayer metió los cinco penaltis de la tanda y Suiza, que tampoco es nada del otro mundo, falló uno, así que pasó Inglaterra a las semifinales. A enfrentarse el miércoles a Holanda, que ahora se llama Países Bajos, que le ganó a Turquía 2-1, pero que fue mucho peor que Turquía. Merecieron ganar los turcos y a última hora casi le complican la vida a los que visten de naranja.
La Eurocopa no brilla sino con el juego de España. Lo de Inglaterra da vergüenza y no merece estar su Selección en semifinales. Claro que Suiza, que tiene un equipo apañadito, tampoco pasa de mediocre. Ya hay cuatro equipos para semifinales: España, Francia, Holanda e Inglaterra, cuatro clásicos.
La peor parte la tiene España, aunque Francia, su rival del martes, tampoco es nada del otro mundo y menos jugando con 10, porque Mbappé no existe desde que le rompieron la nariz. Ni siquiera salta, no sé si lo hará con España. Está más pendiente de la máscara que le han puesto que del balón. Tenía que estar en el banquillo y no en el campo.
Con estos partidos, el España-Francia (el martes) y el Inglaterra-Holanda (el miércoles) se decide una final que tendrá lugar el domingo 14 en Berlín. Vamos a ver si España se cuela en esa final, que sin duda merece: es la Selección más rápida, más eficaz y de juego más vistoso, que ha ganado los cuatro partidos que ha disputado. La única Selección que ha ganado cuatro de cuatro partidos de los equipos que participan en la competición europea.
Inglaterra y Suiza aburrieron hasta a los recogepelotas, al príncipe Guillermo que veía el encuentro desde el palco y a media directiva de la UEFA. Fue un partido lamentable. Se llegó a la tanda de penaltis y ganó el menos malo, pero el equipo de Bellingham, que tampoco aparece, no merece estar ahí, a un paso de la final; pero la Holanda de Koeman es aún peor. Un pobre equipo, que vive de glorias pasadas. Si España no gana esta Eurocopa, que tiene en el bolsillo, perdería una gran oportunidad de ponerse arriba del todo en el fútbol europeo y mundial. Lo tiene al alcance de la mano.
La gran sorpresa ha sido Turquía, con Arda Güller de estrella. El jugador del Real Madrid ha sido clave en la actuación de su equipo. Ayer dio una asistencia de gol desde el córner y se hizo en ocasiones dueño del medio campo.
Le faltó algo de suerte a Turquía y en los últimos minutos no sólo pudo empatar sino ganar el partido a Holanda. El portero de Países Bajos evitó dos goles cantados cuando el reloj marcaba casi el final del descuento.
Erdogan, el presidente turco, estaba en el palco de Dusseldorf. Un detalle. Esperemos que haya ido a saludar a los jugadores de su equipo y no como Pedro Sánchez, que salió corriendo a subirse al Falcon, entre los abucheos de los españoles presentes y el estupor de los alemanes doloridos por la derrota, que no sabían quién era aquel señor atildadito y con pinta de paleto.
