Este tío, el presidente del Gobierno, es capaz de cargarse hasta al rey, con tal de salvarse él y de seguir ahí. En vez de dejar que los reyes visitaran solos la Comunidad Valenciana, quiso Sánchez ir con ellos y así el monarca y su esposa se vieron salpicados por los abucheos dirigidos al presidente del Gobierno. Sánchez es un inconsciente, un hombre sin principios, incapaz de dirigir el país y con el añadido de este error gravísimo de cálculo a sus espaldas: involucrar al rey en sus actos. Pero le da absolutamente lo mismo. Yo no sé si a Sánchez le afecta mucho o poco lo ocurrido, pero seguía con su cara de cínico cuando llegó a la Comunidad Valenciana. Y salió huyendo como un conejo cuando los ánimos de la población subieron de tono. El rey no, el rey aguantó como un jabato hasta empujones de sus escoltas y hasta pidió perdón a la gente a las puertas de su coche, antes de abandonar el lugar. Lo de Valencia es terrible, hemos ofrecido datos de los muertos que podrían estar bajo los escombros, basándonos en los aportados por quienes reclaman a personas desaparecidas. Lo de Valencia no tiene parangón en la historia. Y un presidente del Gobierno mentiroso y enfermo de permanencia en la política, ávido de mando –pregunten a los palmeros afectados por el volcán— es capaz de cualquier disparate para mantenerse en el poder. Sánchez es ya una desgracia nacional y su Gobierno también. Ha tardado cuatro días en enterarse de la tragedia y de la ira del pueblo, hasta que alguien –un imbécil— le lanzó el palo de una escoba, que no le alcanzó. Pero España anda al garete, es un Estado fallido. Ahora estos machangos de Moncloa están echándole la culpa de todo a la extrema derecha. Y están diciendo también que el presidente recomendó a los reyes que no fueran a Valencia. Es mentira. Es el pueblo el que se ha rebelado, a la vista de su propia desgracia, contra la inacción del Gobierno de España, contra la estupidez y la chulería de su presidente, contra el error de presentarse allí con el rey, para que esa ira cayera también sobre el monarca, un hombre honesto y sensato, que quiere a España, y sobre su esposa, una mujer valiente que se acercó a la gente y que habló con ella. ¿Lo hizo Sánchez? Vamos, hombre, no me hagan reír. Sánchez ha salpicado al rey con su presencia en la zona cero. Y lo tiene que pagar, esto no puede quedar así. Cuando acabe su mandato también se habrá acabado España. Y menos mal que tenemos a los reyes. Son nuestra única esperanza. Porque el cobarde de Sánchez salió huyendo, como las ratas que abandonan el barco. Ahora, cuidado, llegan las epidemias. Ya existe una alerta al respecto. Y sigue lloviendo.
martes, 29 abril,2025
