El Tete, mejorando mucho su juego, le ganó el partido de hoy, sábado, al imprevisible Castellón, recién ascendido pero cómodo relativamente en la categoría. ¿Principio de la reacción del equipo de Cervera? Ojalá.
Atacó más y mejor el once local, que demostró que tiene fuerzas y algunos delanteros para hacerlo –excluyo al comelón Waldo, que por comerse la pelota y no dársela a un compañero perdió un gol cantado–.
Los goles fueron de Cantero y de Enric Gallego, un jugador este último que se besa el escudo cada vez que marca y eso me gusta a mí y le gusta a los 13.000 aficionados que estaban presentes en el Heliodoro Rodríguez López.
Fue un golazo, ya en la segunda mitad, el suyo, y hacía tiempo que no mojaba, estaba más seco que un esparto. Cantero remató desde dentro del área, solo, una jugada coral del Tenerife, en la primera parte.
El Tenerife ha cambiado su juego, pero más que su juego ha cambiado la sensación de conjunto porque demuestra entusiasmo. Ahora lucha, tiene más moral, corre con mayor afán e intenta agradar a la afición. Tiene que ganar tres partidos para salir de la zona de descenso y se puede conseguir, pero a base de un gran esfuerzo, desde luego. Y amarrando los resultados en casa.
Por lo menos ahora da el Tete la sensación de ser un equipo unido, dispone de un portero en condiciones –Edgard Badía, un buen fichaje— y juega a algo. Con patrón de juego y con sensatez en el centro del campo. A mí me gustó ayer el equipo e incluso mereció un resultado más holgado.
Y yo creo que el único que le puede mejorar esa mortal de triunfo es este entrenador, conoce bien a la afición, la isla y a su equipo, al que ha seguido siempre. Álvaro Cervera es clave en esta recuperación de un equipo que estaba hundido en la miseria.
Vamos a ver en los próximos partidos, si el Tenerife confirma este cambio. No sé ustedes, yo lo veo con mayor solidez en todas las líneas y más convencido de que puede salir de la zona de descenso. En el partido de ayer demostró esas cualidades de las que hablo y, sobre todo, dio una mayor sensación de seguridad, de no venirse abajo fácilmente. A ver.
