El Real Madrid impartió una lección de fútbol, con los suplentes, ante el modesto Deportiva Minera, ayer, en Cartagena, de Segunda RFEF, con una exhibición de Arda Güler, que marcó dos goles, uno en cada tiempo. Jugó muy bien el equipo de Ancelotti, con varios jugadores de la cantera en el campo, entre ellos tres de los cuatro defensas: Lorenzo y Fran Aguado, junto con Asencio, cumplieron perfectamente sus cometidos. E incluso se animaron en el ataque cuando fue menester.
No tuvo color el partido, decantado desde los primeros minutos a favor del Real Madrid, con un golazo de Valverde, luego otro de Kamavinga, de cabeza, y un tercero a la media vuelta del gran jugador turco, que fue el mejor de su equipo.
Se fueron a la caseta los jugadores con 0-3, en un partido extremadamente correcto. Antes del encuentro, el Real Madrid había regalado camisetas de sus figuras a todos los jugadores del equipo local. Todo un homenaje a los modestos. El Barça probablemente no tiene dinero para realizar estos gastos con sus rivales.
El público despidió con aplausos a Luka Mòdric, que hasta marcó otro gol –van dos, en dos partidos–. Al final del encuentro, Ancelotti dio minutos a Vinicius y Mbappé, para que estiraran las piernas en las vísperas de la final de la Supercopa de España en Arabia Saudita, ante el Mallorca, un equipo que siempre se le atraviesa.
El cuarto gol, ya en la segunda mitad, lo anotó Luka Mòdric a pase de Brahim; y el quinto, otra vez Arda Güler, tras un servicio de Frank García –que cuajó otra gran actuación— por su banda. Juega mejor que Mendy cien veces.
Campo de Cartago Nova a rebosar, dominio total de los blancos y una sola intervención de Lunin en todo el partido, que yo recuerde. La gran actuación del portero de la Deportiva Minera, Fran Martínez, evitó una goleada más abultada. Hizo dieciséis paradas.
Para homenajear al público de Cartagena, el entrenador del Real Madrid dio entrada a Vinicius y Mbappé unos minutos, casi al final del partido. Fueron recibidos con grandes aplausos. Se ve que el público era madridista a tope.
El Real Madrid, lejos de despreciar a su rival, se tomó muy en serio el partido y cuajó una actuación perfecta, ante un sparring ideal que no dio ni una sola patada y tuvo un comportamiento ejemplar sobre el terreno de juego.
Sólo la actuación de su portero evitó una goleada escandalosa, pero tampoco hacía falta. Se vio un partido entretenido, bonito, limpio y cordial, no como en otros campos que visita el Real Madrid, un equipo que despierta más odios que amores en los estadios rivales. ¿Por qué? Pues porque casi siempre gana y es el mejor equipo del mundo. ¿Les parece poco?
