El PSG jugará la final de la Champions en Múnich, el 31 de mayo, contra el Inter de Milán, al ganarle ayer 2-1 al Arsenal en el Parque de los Príncipes. Luis Enrique tiene muchas posibilidades de darle al equipo de Catar su primera Champions Ligue.
Mereció el triunfo el equipo ubicado en Francia, que bajo la dirección del técnico asturiano se ha plantado en la final, por segunda vez en su historia. La primera la ganó y a la segunda puede ir la vencida.
Arteta, el discípulo de Guardiola que ya le había ganado a Ancelotti claramente, no pudo con Luis Enrique. Ayer no mereció ganar y el PSG cumplió lo suficiente para arrebatarle el partido a los verdugos del Real Madrid. Yo creo que la final la jugarán dos equipos de nivel. Ayer, Rice no tuvo la potra que demostró ante el Real Madrid, marcando goles de faltas, como jamás en su vida como jugador.
El Arsenal no tiene nivel para ser campeón de Europa, el PSG, sí. Ashraf y Fabián Ruiz, dos jugadores formados en España, le dieron el triunfo al París, que ha creado un equipo ganador, con mucho entusiasmo y con un gran Donnarumma, el veteranísimo portero que detuvo todos los intentos del Arsenal para batirlo. Menos, uno, claro, el gol del equipo inglés.
El 31 de mayo, Luis Enrique puede convertirse en leyenda, también en Francia. En España ya lo es. A mí me cae bien el entrenador asturiano, exjugador del Real Madrid y del Barcelona y exentrenador del equipo culé.
Dijo que el partido había sido un encuentro difícil: “El Arteta casi me asesina”, ha comentado, en tono de broma, sobre el entrenador rival y amigo.
Añadió que los contragolpes de su equipo habían sido fundamentales para ganar la eliminatoria. Pero lo cierto es que el París demostró ser mejor que sus rivales.
La final tiene dos grandes protagonistas y el Inter será un mal enemigo si le sale todo bien, como en el partido de ayer ante el Barcelona. La Champions tiene, por fin, a sus finalistas. Merecidos.
