Zapatero y Venezuela

A Zapatero lo abuchean en Venezuela igual que abuchean a Sánchez en España, cuando ambos pasean por la calle. Zapatero y Monedero –el dúo sin igual— son las muletas de Maduro en Europa. Pobre papel de ambos a cambio de dinero. A uno dicen que le han regalado la explotación de una mina de oro en Venezuela. Al otro le llenan los bolsillos de dólares por el apoyo explícito a un dictador sanguinario. Gratis no lo hacen, de eso pueden ustedes estar seguros. Zapatero, con esa carita de Bambi, dicen que ha colocado a sus góticas en el país caribeño para hacer negocios. No sé de qué tipo, ellos sí que lo sabrán. Y el otro es el bufón de Maduro, le acompaña en sus podcast y lo felicita públicamente por las elecciones fraudulentas, que ambos disfrazan de legales. Qué pobre papel, pero, claro, también qué papel tan lucrativo. Parece mentira que la dignidad se compre y se venda de esa forma tan descarada. Zapatero y Monedero estaban con Maduro en las elecciones, apoyándolo, intentando dar credibilidad internacional al pucherazo más asqueroso en la historia de Latinoamérica. Yo les digo a los venezolanos que no les tengan miedo, que estos tipos no le duran un asalto a la democracia. Ni Zapatero ni Monedero pintan nada en Europa, la prensa española –mucho menos la de Europa— no les hacen puto caso. A Zapatero no lo conocía nadie cuando iba a las reuniones de la Unión Europea a Bruselas, siendo presidente del Gobierno de España. Y sólo levantó un poco la cabeza cuando Obama lo perdonó, tras su sentada en Madrid al paso de la bandera americana. Y lo invitó a la ópera con Sonsones y las góticas. Miren, yo he estado 56 veces en Venezuela a lo largo de mi vida, conozco el país de cabo a rabo, sé cómo son los venezolanos de toda condición y Zapatero no tiene capacidad para legitimar ningún régimen. Mucho menos Monedero, que es otro mindundi. Así que las muletas de Maduro en Europa cualquier día se le aflojan y lo dejan en el suelo. Hoy Estados Unidos ha incautado en la República Dominicana el Falcon de Maduro, comprado a través de una empresa fantasma y sacado ilegalmente de los Estados Unidos. Le costó 13 millones de dólares. Maduro no puede operar comercialmente con USA porque está sancionado. Los americanos no se andan con chiquitas. Lástima que Zapatero y Maduro no estuvieran dentro de esa aeronave para que los confiscaran también y los metieran en una mazmorra un rato, por bobos irredentos. Menos mal que el Falcon de Sánchez es del Ministerio de Defensa, porque yo cuando oí que habían embargado un Falcon se me puso la carne de gallina. Me dio como un repelús. Y eso.