El papa Francisco ha declarado, a bordo del avión que le devolvía a Italia, tras su gira por Asia y Oceanía: “Estoy deseando viajar a Canarias”. Lo dijo tras ser preguntado por la ruta migratoria de África a Canarias por la vaticanista argentina del diario La Razón, Elizabetta Piqué.
El papa añadió, con gran convencimiento, que quería estar cerca de la gente que sufre y de los gobernantes canarios que los atienden. Y dijo, textualmente, que “estaba decidido” a hacer ese viaje, al que fue invitado hace unos meses por el presidente de la región autónoma de Canarias, Fernando Clavijo, tras una visita de éste al Vaticano.
Esta noticia fue adelantada, en los primeros momentos de su aparición on line, por El Burgado.com, que citaba fuentes diplomáticas vaticanas, que indicaron que se estaba estudiando la posibilidad de ese viaje. El papa estuvo en la isla de Lampedusa cuando la crisis migratoria de África a Italia, que ha disminuido notablemente tras las medidas impuestas por el Gobierno italiano de Giorgia Meloni.
El papa no ha venido a tierra española desde que inició su pontificado, aunque sí lo hizo varias veces cuando era cardenal, sobre todo a impartir ejercicios espirituales a dignatarios de la Iglesia. Si se decide a viajar a Canarias sería la primera vez en once años que pisara suelo español.
Francisco acaba de realizar, a pesar de su delicado estado de salud, el viaje más largo de su pontificado a Timor Oriental, Indonesia, Singapur y Papúa-Nueva Guinea.
El presidente canario, Fernando Clavijo, se mostró convencido, a su regreso de la visita que hizo en su día al papa, de que el sumo pontífice vendría a Canarias, sobre todo basándose en la firmeza de sus palabras, en el sentido de que esa visita era necesaria para conocer de primera mano la situación de los emigrantes que llegan a Canarias, unos 30.000 en lo que va de año. Un récord histórico.
Hasta el momento, el mayor esfuerzo para acoger y atender a los menores inmigrantes lo ha hecho el Gobierno de Canarias, al que el Estado debe unos 74 millones de euros en concepto de ayuda a la atención de los que arriban a nuestras costas, que hasta el momento y desde hace mucho tiempo soporta el erario canario.
Es de esperar, naturalmente, que el caradura del presidente del Gobierno de España se plante en Canarias para recibir al papa, si se confirma su viaje, a pesar de los reiterados incumplimientos y de la nula solidaridad demostrada por su Gobierno con el Archipiélago a la hora de ayudar a los que llegan a nuestras costas, singularmente a los menores sin acompañar.
Por el momento se está a la espera de que el Vaticano decida la fecha de este viaje, aunque será en, al menos, un par de meses, una vez que el papa Francisco se recupere del viaje más largo de su pontificado a los citados países de Asia y Oceanía, sobre todo teniendo en cuenta la edad avanzada y el precario estado de salud del obispo de Roma.