Un grupo separatista identificado como el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA, por sus siglas en inglés) secuestró un tren de pasajeros en la región suroccidental de Pakistán, en la provincia de Baluchistán, desencadenando una crisis que ha puesto en alerta a las autoridades del país. El Jaffar Express, que viajaba desde Quetta hacia Peshawar con aproximadamente 400 pasajeros a bordo, fue atacado en el área de Mashkaf, distrito de Bolan, donde los militantes abrieron fuego, hirieron al conductor y tomaron el control del convoy, atrapándolo en un túnel.
Según reportes de Reuters y AP News, el BLA afirmó haber tomado entre 182 y 214 rehenes, incluyendo personal militar y de seguridad que viajaba de permiso, tras liberar a la mayoría de los civiles, como mujeres y niños. El grupo separatista, que busca la independencia de Baluchistán, una provincia rica en recursos minerales pero marcada por la pobreza y un conflicto de décadas, exigió la liberación de prisioneros políticos baloch y amenazó con ejecutar a los rehenes si las fuerzas pakistaníes intentan una operación de rescate. “Estamos preparados para un intercambio de prisioneros, pero si el ejército interviene, habrá consecuencias graves”, declaró el BLA en un comunicado.
El ataque dejó al menos seis militares muertos, según el BLA, aunque las autoridades pakistaníes no han confirmado esta cifra. El ministro del Interior, Mohsin Naqvi, condenó el acto, calificando a los atacantes como “bestias que disparan contra pasajeros inocentes” y prometiendo una respuesta firme sin concesiones. Mientras tanto, el gobierno de Baluchistán impuso medidas de emergencia, y las fuerzas de seguridad iniciaron una operación cautelosa en el terreno montañoso, donde se reporta que los militantes están usando a los rehenes como escudos humanos.
El incidente ocurre en un contexto de creciente inseguridad en Pakistán, especialmente tras el retorno del Talibán al poder en Afganistán en 2021, lo que ha intensificado la violencia en las regiones fronterizas. En 2024, más de 1,600 personas murieron en ataques en el país, el año más letal en casi una década, según el Centro de Investigación y Estudios de Seguridad de Islamabad. El BLA, que ha atacado previamente trenes e infraestructura, como el atentado suicida en la estación de Quetta en noviembre de 2024 que mató a 26 personas, busca presionar al gobierno pakistaní, al que acusa de explotar los recursos de Baluchistán sin beneficiar a su población.
Por ahora, el destino de los rehenes sigue siendo incierto, mientras las autoridades intentan negociar o planificar una respuesta en un área de difícil acceso. Este secuestro pone de relieve las tensiones persistentes en Baluchistán y el desafío que enfrenta Pakistán para contener la insurgencia separatista en medio de una situación de seguridad cada vez más frágil.