Por no entrar en demasiados detalles, jornada agotadora para Salvamar y los guardacostas esta pasada de Navidad. Nada menos que ocho pateras, procedentes de Mauritania, Senegal y Gambia casi todas ellas, con ciudadanos procedentes de Mali, Guinea-Conakry y de los otros tres países citados. Los que visitó Pedro Sánchez para detener la emigración ilegal. Un éxito.
En las embarcaciones figuraban muchas mujeres y menores, aunque no se conoce, a la hora en que escribimos, el desglose por sexos y edades de los recién llegados.
Una de las embarcaciones quedó a la deriva, vigilada de cerca por un barco de los rescatadores, a la espera de que mejoraran las condiciones de la mar para subirlos a bordo sin riesgo. Finalmente, aunque no hemos podido confirmar la información, pudo realizarse el salvamento.
El rey, en su discurso de Navidad, se refirió a la inmigración procedente de otros países, con alusión al necesario combate a las mafias y a la imprescindible cooperación de Europa para evitar este proceso que se está produciendo, aunque sin citar expresamente a Canarias.
Los tripulantes de las pateras fueron conducidos a puertos de Gran Canaria, El Hierro y Tenerife y atendidos por personal de las ONG contratadas por el Gobierno para atender a los recién llegados. La Policía Nacional intentará tomarles la filiación, aunque ya saben que destruyen sus documentos antes de embarcar, lo que hace mucho más difícil determinar la procedencia de los ilegales.
En la operación participaron helicópteros que localizaron a las pateras en alta mar, un océano que mostraba olas de considerable altura, lo que complicaba las tareas de salvamento.