Un devastador tiroteo sacudió este martes la ciudad de Graz, en el sureste de Austria, dejando un saldo de al menos 10 víctimas mortales, incluido el atacante, en el instituto BORG Dreierschützengasse. El agresor, identificado como un exalumno de 21 años de nacionalidad austriaca, abrió fuego en dos aulas alrededor de las 10:00 de la mañana, matando a ocho estudiantes y un adulto antes de quitarse la vida en un baño del centro, según confirmaron las autoridades.
El ataque, descrito como el peor tiroteo escolar en la historia moderna de Austria, dejó además 28 personas heridas, cuatro de ellas en estado crítico. La policía, junto con unidades antiterroristas Cobra, evacuó el edificio en 17 minutos y estableció un perímetro de seguridad en la calle Dreierschützengasse, cerca de la estación de tren de Graz. El joven, que no tenía antecedentes penales y poseía legalmente una pistola y una escopeta, había sido víctima de acoso escolar, según medios locales, aunque las autoridades no han confirmado los motivos del ataque.
La alcaldesa de Graz, Elke Kahr, calificó el suceso como una “terrible tragedia” y anunció que las clases no se reanudarán esta semana para permitir a estudiantes, profesores y familias procesar el trauma. La Cruz Roja desplegó 160 efectivos y 30 psicólogos para atender a las víctimas y sus allegados, mientras se lanzó un llamamiento para donaciones de sangre.
El canciller austriaco, Christian Stocker, describió el incidente como una “tragedia nacional” y decretó tres días de luto, con banderas a media asta y un minuto de silencio programado para el miércoles a las 10:00. El presidente Alexander Van der Bellen expresó que el “horror es indescriptible”, lamentando la pérdida de “jóvenes con toda la vida por delante”. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, también trasladaron sus condolencias, destacando la necesidad de que las escuelas sean espacios seguros.
La investigación, a cargo del Departamento de lo Criminal de Estiria, analiza una nota de despedida encontrada en el domicilio del atacante, así como peritajes balísticos de las armas utilizadas. El suceso, ocurrido a días del décimo aniversario de un ataque en Graz que dejó tres muertos en 2015, ha reabierto el debate sobre el control de armas en Austria, donde hay 30 armas de fuego por cada 100 habitantes, una de las tasas más altas de Europa.