El ministro de Transportes, Óscar Puente, denunció este domingo un «acto grave de sabotaje» en la línea de alta velocidad (AVE) Madrid-Sevilla tras el robo de cables en cuatro puntos distintos, afectando a más de 6.000 pasajeros. El incidente, ocurrido en un tramo de 10 kilómetros en la provincia de Toledo, ha paralizado 18 trenes y generado incertidumbre sobre la seguridad de la infraestructura ferroviaria española.
Puente detalló en un comunicado que los robos se registraron en los puntos kilométricos 92-850, 93-600, 101-400 y 102-200, impactando los sistemas de seguridad de la línea. La Guardia Civil ha iniciado una investigación para identificar a los responsables, mientras Adif, la empresa gestora de las infraestructuras ferroviarias, trabaja en la reparación de los daños, que podrían prolongar las interrupciones hasta el lunes.
El suceso dejó varados a miles de viajeros, muchos de los cuales compartieron su frustración en redes sociales, denunciando retrasos de hasta seis horas. Renfe ha ofrecido alternativas como autobuses y reembolsos, aunque la coordinación ha sido criticada por su lentitud.
El ministro calificó el incidente como «un ataque directo a la movilidad y la economía nacional», prometiendo una respuesta firme y la colaboración con las fuerzas de seguridad para evitar futuros episodios. Sin embargo, la narrativa oficial de sabotaje ha generado dudas entre expertos, quienes sugieren que podría tratarse de un robo común de cobre, un recurso valioso en el mercado negro, en lugar de una acción política. Mientras tanto, las autoridades evalúan si reforzar la vigilancia en las líneas de alta velocidad, un tema que podría reavivar el debate sobre la seguridad de las infraestructuras críticas en España.
