El pleno de moción de censura contra Marco González en el Puerto de la Cruz tuvo el desenlace esperado. La censura prosperó. Todo discurrió sin incidentes: algún abucheo y un exaltado que fue sacado de la sala por la Policía Local.
Marco González dijo que había sido insultado en las redes por personas homófobas y que eso le apenaba. Y añadió que seguirá trabajando por el Puerto de una forma leal, porque amaba a esta ciudad. Agradeció a sus compañeros sus esfuerzos durante el tiempo de gobierno e improvisó, no llevaba ni un papel. La verdad es que fue de menos a más, muy correcto y con varias alusiones indirectas, quizá dirigidas a ciertos funcionarios municipales “porque trabajar en este Ayuntamiento es muy difícil”.
Leopoldo Afonso llevaba el discurso escrito y justificó la moción por el estado en que, en su opinión se encontraba el Puerto de la Cruz. En resumen, dijo que querían recuperar las fiestas tradicionales, aludió a la crisis de los aparcamientos –no han sido capaces de construir edificios de aparcamientos, ni de reparar los que están a punto de derrumbarse— y la situación de las playas. Todo eso es conocido, pero sería injusto culpar de ello a la corporación saliente. El problema data de años.
Es curioso que se haya referido a la situación de las playas cuando fue su partido, el PP, quien no fue capaz de resolver los vertidos al mar durante el tiempo que en que pudo hacerlo. Los socialistas heredaron este problema, que es grave, y que pasa por acometer una obra definitiva en el emisario submarino de Playa Jardín, competencia del Cabildo de Tenerife. Al parecer, la obra ha sido ya adjudicada con carácter urtgente.
Mucha, mucha policía, cuatro furgones de la Policía Nacional, calles cortadas y dotaciones de la Policía Local, que apenas tuvieron que intervenir. Un grupo de simpatizantes socialistas con banderas rojas agitaba un poco el ambiente y salón de plenos abarrotado de público, que se comportó correctamente, excepto el incidente ya relatado de alguien que alzó la voz y fue expulsado.
Se sentaban en la mesa presidencial, el interventor, el secretario accidental, el concejal de mayor edad (CC), el tesorero municipal y el candidato a la alcaldía, Leopoldo Afonso, que tuvo, durante su discurso, un sentido recordatorio para su padre, ya fallecido, una excelente persona a la que en el Puerto quería todo el mundo.
Como abanderada de la derecha estaba entre el público la conocida activista Astrid Copano Arroyo, muy atenta a la política municipal portuense siempre, y muy conocida entre el sector portuense más de derechas. También se hallaban presentes cargos públicos del PP relacionados con el Puerto de la Cruz, pero no demasiadas autoridades ajenas al municipalismo, aunque sí algunas.
No dio mucho más de sí la jornada, prosperó la moción y desde hoy sábado están trabajando los nuevos delegados de áreas para enterarse de cómo van las cosas en el Ayuntamiento. Cambia todo, hasta el gabinete de Prensa, pero todavía no sabemos quién lo va a ocupar. La distribución de áreas está contemplada en el programa de actuación firmado ante notario, que ustedes pueden encontrar adherido a noticias anteriores referidas a esta moción de censura en elburgado.com.
El pleno fue transmitido en streaming por You Tube y lo tienen ustedes a partir de esta edición de elburgado.com. Desde ayer, viernes, el Puerto de la Cruz tiene un nuevo alcalde. Vuelve el PP, aunque posiblemente el hombre fuerte del Ayuntamiento será David Hernández, de quien el alcalde saliente ha dicho que lo ha traicionado, verdadero artífice oficial de la moción de censura. Hay otras historias detrás, legítimas en democracia, que les hemos contado a ustedes a lo largo de estos días.