“La cruda realidad es que si, tristemente, padeces un infarto, ictus, accidente de tráfico, sepsis, etcétera, probablemente tu camilla de REA (recuperación) siga bloqueada, tu ambulancia siga ocupada con un paciente a la espera de ser atendido y, lo que aún es peor, el médico que te atenderá quizá no tenga los conocimientos y destreza necesarios para atenderte con la calidad y seguridad que tú te mereces”.
Esta es la conclusión final contenida en el chat mediante el que se comunican entre ellos los enfermeros de urgencias del HUC, al que ha tenido acceso El Burgado. El contenido de estos comunicados pone, a través de Instagram, los pelos de punta y da a entender la situación extrema a la que han llegado las Urgencias del Hospital Universitario de Canarias (HUC), centro de aprendizaje de la Facultad de Medicina y hospital de referencia para la mitad de la isla de Tenerife. Realmente estamos en peligro.
Por Instagram, y bajo el epígrafe de sosurgenciashuc, se transcribe lo siguiente: “Como hemos venido nombrando en estos últimos meses, la Gerencia del HUC ha puesto en marcha el “plan de contingencias para el servicio de Urgencias”, en el que se han incluido medidas como:
1.- Contratación de médicos sin título homologado ni especialidad, lo que se traduce en médicos sin ningún tipo de experiencia previa en Urgencias y Emergencias.
2.- Cobertura de turnos con distintas especialidades (hasta 20 diferentes) ya que el servicio se ha quedado sin su personal facultativo habitual. Teniendo así médicos muy buenos en sus ramas, pero sin destreza o habilidad en el manejo de pacientes de urgencia.
3.- Sobrecarga en las diferentes especialidades principalmente en UVI y anestesia, que han sido quienes han tenido que asumir durante varios turnos los pacientes que llegan por la puerta de Urgencias o REA.
4.- Llamada masiva de médicos sin filtros mínimos indispensables que los hacen poco cualificados para un servicio de urgencias (mínimas nociones de atención al paciente de urgencias o formación RCP –maniobras de resucitación– avanzada)
5.- Un aumento de la espera de más de 24 horas, además de dejar de manera constante la zona de triaje (clasificación de enfermos) sin personal médico cualificado y apilamiento de pacientes en salas de espera sin ningún tratamiento y con evaluaciones constantes de enfermería.”
La nota sigue, bajo el título: “¿Qué supone esto para el personal de Urgencias?”.
1.-Médicos veteranos sobrepasados y exhaustos, con responsabilidad añadida.
2.- Médicos residentes inseguros y negándose a trabajar en Urgencias, ya que no cuentan con el respaldo de un médico adjunto que los enseñe o a quien consultarle posibles dudas.
3.- Enfermeros y enfermeras asumiendo responsabilidades que no se corresponden con su categoría, asumiendo la gestión médica del servicio, movilizando a pacientes para descongestionar zonas, sugiriendo a esos médicos inexpertos los tratamientos que se deben suministrar al paciente en relación a la patología con la que ingrese, realizando peticiones de pruebas complementarias al paciente, solicitando interconsultas a otras especialidades para estabilización del paciente y un largo etcétera”.
Y sigue la nota, bajo el siguiente epígrafe.
“Los enfermeros y enfermeras sugieren a la Gerencia, para mejorar la situación”:
1.- Volver a reunirse todos los médicos (tanto en paro como de baja, que se han visto obligados a abandonar el servicio por las pésimas condiciones de trabajo) y llegar a acuerdos en las condiciones y salarios acordes con la responsabilidad y trabajo que asumen con la sobrecarga del servicio.
2.- Contratar médicos con la adecuada experiencia y formación médica como para asumir la atención de pacientes en Urgencias, exigiendo conocimientos mínimos indispensables.
3.- Intentar recuperar a muchos de los médicos adjuntos que durante su residencia se formaron con nosotros o a aquellos que les gusta la medicina de urgencias y no se quedaron (en el HUC) por la caótica situación imperante durante estos años que, lejos de mejorar, ha ido a peor.”
Y concluye la nota con el párrafo que publicamos al principio de que, tres meses después de realizadas estas advertencias, el enfermo está en peligro y que lo único que han conseguido es dividir la acumulación de pacientes y seguir ofreciendo 18, 24 y hasta 30 horas de espera para atenderlos.
Los enfermeros añaden que “es imposible hacer un triaje (clasificación) de enfermería de calidad sabiendo que los pacientes no serán atendidos en tantas horas; es desolador vigilar y reevaluar a todos los pacientes constantemente sin poder ofrecerles atención médica”.
Y terminan, desolados: “No tenemos recursos, no hay espacios para las camillas, no hay monitores para todos los pacientes graves, no hay sillas de ruedas para todos los pacientes que cruzan la puerta y Enfermería no puede gestionar y responsabilizarse de toda esta carga de trabajo y abandono de responsabilidad por parte de la gestión del HUC”.