Una nueva preocupación para las autoridades grancanarias nace, esta vez en los barrancos. Se trata de la culebra californiana, que está acabando con la población de lagartos y otra fauna endémica de la isla.
La culebra fue detectada por primera vez en Telde en 1998 y en 2007 se confirmó su asentamiento masivo en la isla, según datos del Gobierno de Canarias y del Cabildo de la isla.
Esta culebra es dócil, tímida y no venenosa. O sea, que para los humanos no supone demasiados peligros, más allá de los sustos que pueda provocar, pero no atacan a las personas, ni suponen un riesgo para la población.
Las autoridades canarias han dividido por zonas los asentamientos y la persecución de esta especie, pero ha sido detectada su presencia en varios municipios como Telde, Valsequillo, San Mateo, Las Palmas, Santa Brígida, Gáldar, Agaete, San Bartolomé, Mogán y el barranco de Guiniguada, informa el Gobierno de Canarias.
La presencia en la isla de esta culebra real de California puede acabar con gran parte de la fauna tradicional de los barrancos, aunque también tiene efectos beneficiosos, pues ataca a ratas y ratones. El problema está, sobre todo, en los lagartos, una especie protegida.
Mide entre 120 y 180 centímetros y es muy común en América Latina y parte de los Estados Unidos. Su presencia en Canarias se deriva de importaciones como mascotas, depositadas de forma consciente o inconsciente en el medio natural canario. La forma inconsciente significa que se han escapado de recintos donde eran exhibidos, incluso en casas particulares y se han refugiado en el campo, sobre todo.
En todos los foros mundiales de la especialidad se señala ya a la isla de Gran Canaria como un territorio invadido por la serpiente real californiana. Su hábitat es muy diverso, de ahí el peligro de su expansión. Lo mismo puede vivir en humedales que en zonas secas, en desiertos o en frondas. Tiene un hábitat muy laxo este tipo de serpientes.
Tanto desde el Gobierno de Canarias como desde el Cabildo de Gran Canaria y Gesplan se trabaja en la captura de ejemplares de esta especie invasora, que supone un riesgo para la fauna endémica de Canarias. Su reproducción es muy rápida porque en las islas no existen otros depredadores que la combatan, por lo que su índice de mortalidad violenta es escaso.
Curiosamente, uno de sus rasgos menos conocidos en América es el patrón albino anillado, que en Gran canaria resulta muy común, pero que, insistimos, es muy poco frecuente su presencia en las zonas en que habitualmente reside y se reproduce la serpiente real californiana.
A la vista son ejemplares muy bonitos, de colores diversos e, insistimos, inofensivos para el ser humano. Pero se trata de una especie invasora que, como tal, es preciso combatir.