Los miembros de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) decidieron mantener la participación de Israel en la próxima edición de Eurovisión, renunciando a someter a votación su permanencia. Esa decisión ha desencadenado la retirada inmediata de varios países, entre ellos RTVE (España), así como las emisoras de Países Bajos e Irlanda.
En la 95ª Asamblea General de la UER, celebrada en Ginebra, una mayoría calificada de sus miembros acordó que no era necesaria una votación específica sobre la inclusión de la emisora israelí y avaló que el concurso continúe “según lo previsto”. Ante ese anuncio, RTVE confirmó su retirada: España no participará ni emitirá la edición de 2026, rompiendo una trayectoria ininterrumpida en el festival.
La decisión ha generado un terremoto diplomático-cultural. RTVE denunció que la resolución de la UER evidencia una “politización” del certamen, contradiciendo los valores de neutralidad y respeto por los derechos humanos. Asimismo, algunas otras emisoras —en países como Eslovenia o Islandia— ya han manifestado su intención de seguir la misma vía, lo que amenaza con transformar Eurovisión 2026 en un evento claramente dividido.
Por su parte, la UER defendió su decisión alegando que la mayoría de sus miembros respaldó nuevas reglas para “reforzar la confianza, la transparencia y la neutralidad” del concurso, lo que justifica mantener la participación de Israel sin necesidad de una votación específica.





