Ayer falleció en Santa Cruz de Tenerife José Luis Martín, dirigente histórico del PSOE tinerfeño. Sufría una grave enfermedad, agravada en los últimos días. Con él se va una excelente persona, un hombre profundamente honesto y un socialista de verdad, de los que un día prestigiaron al PSOE.
Hombre conciliador, de talante liberal, familiar y amigo de sus amigos, no hace mucho tiempo estuvimos comiendo juntos, con nuestro amigo común Paco Padrón, en un restaurante portuense.
Hablamos de todo, de los viejos tiempos, de la bendita Transición y de la deriva de un partido que no siempre se portó bien con él. Suele ocurrir en el caso de las buenas personas. En ese momento ni siquiera se le habían presentado los síntomas de la enfermedad que acabó con su vida.
Hablamos de su hija, Mónica, que fue primera teniente de alcalde de La Laguna y a la que el partido traicionó. Hablamos de su profesión: enfermero, de amplia experiencia y empresario de la sanidad, que creó clínicas como la de San Eugenio y La Cuesta.
José Luis era un palmero cabal, amante de la familia y de una Canarias más justa. Fue concejal en Garachico y en Santa Cruz por el PSOE y trabajó por la dignificación de la profesión de los ATS, luego enfermeros, sanitarios al servicio de una sanidad más justa, más ágil y de mayor calidad.
También fue dirigente de la UGT tinerfeña. Era un sindicalista moderno, que quiso cambiar la actuación del sindicato socialista sin demasiado éxito, pero al menos hizo visible al repetido sindicato en las demandas a favor de los sanitarios.
Semanas más tarde de aquella comida me enteré de que le habían detectado una enfermedad de muy difícil curación y me invadió la pena. José Luis tenía esa retranca palmera tan característica, una conversación agradable y un sentido envidiable de la justicia social. Era un padre enamorado de su familia, por la que luchó siempre.
Lamento mucho su muerte y quiero trasladar a su familia nuestro más sentido pésame. Con José Luis Martín desaparece un hombre bueno, un trabajador nato, un luchador por sus ideas y por su partido, que no siempre lo trató como él se merecía. Descanse en paz.
Un día cualquiera, mientras charlaba con José Luís, la conversación derivó hacia un desencuentro ideológico o conceptual no recuerdo bien y su frase fue..CDiscutire si no estoy de acuerdo contigo y no cederle… Pero daría mi vida por proteger tu derecho a opinar, sea o no de mi agrado». Esto define la grandeza de un hombre y su talante. Grande José Luis❤️