En Madrid, donde residía desde hace muchos años, ha fallecido el doctor José Gerardo Martín Rodríguez, hijo de otro querido médico tinerfeño, el doctor Gerardo Martín, y hermano del prestigioso cirujano Emilio Martín. Tenía 83 años.
El doctor José Gerardo Martín Rodríguez era uno de los discípulos predilectos del padre de la neurocirugía española, el doctor Sixto Obrador, y permaneció una larga temporada ejerciendo la profesión en Newcastle, Reino Unido, donde se formó y formó a su vez a docenas de colegas de su especialidad. Fue uno de los primeros neurocirujanos españoles de prestigio europeo.
Solía veranear en Los Cristianos (Tenerife), en los apartamentos Santa Amalia, era amigo del doctor Enrique González, prestigioso cardiólogo tinerfeño. El doctor Martín Rodríguez, que arrastraba desde hacía tiempo problemas de salud, tenía 83 años, como hemos indicado, y era médico de la Casa Real en tiempos de Su Majestad Juan Carlos I, cargo que ejerció durante años debido a su gran prestigio como facultativo.
Especializado en la cirugía neuronal, realizó estudios avanzados sobre la neurocirugía del Parkinson. Con el doctor Obrador y su equipo fue pionero en los nuevos accesos a las dolencias cerebrales que necesitaban cirugía y en diversos tratamientos quirúrgicos neurológicos, convertidos por dicho equipo en novedades mundiales.
Su prestigio no dejó de crecer, con ponencias en congresos mundiales y europeos de su especialidad, en los que siempre hacía propuestas novedosas a sus colegas de los principales centros hospitalarios de todo el mundo.
José Gerardo Martín es mi abuelo, y gracias a este articulo, he aprendido cosas que no sabia de el.
Le hemos querido mucho.
Eramos vecinos en la Rambla Gral Franco, y era nuestro médico y amigo de mis padres. Su consulta era en una de las casas de 25 de Julio. Una gran persona, que emanaba bondad.
Mucho he sentido la muerte de don Gerardo, pues lo consideraba como mi segundo padre. Hace 45 años me intervino en el Ramón y Cajal de Madrid de una dolencia muy grave, y, gracias a él, aún estoy aquí rebosando salud. Mantenía una relación con él en su aniversario. Mi más sincero reconocimiento a este gran hombre, gran profesional y que rebosaba bondad y cercanía con sus pacientes. Un abrazo a toda su familia. Un salmantino.