La sección medioambiental de OK Diario, OK, Green, informa que la especie marina canaria por antonomasia, la llamada “vieja canaria”, se ha trasladado a las costas catalanas y ha sido detectada en puntos de aquellas costas, debido al cambio climático.
La información procede del Instituto de Ciencias del Mar (ICM). El hallazgo de la especie en el mar catalán ha sido detectado gracias a la colaboración ciudadana, dentro del programa BioMARató, un evento de ciencia ciudadana coordinado por el ICM y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que ha movilizado a más de 480 personas voluntarias para censar la biodiversidad de la costa catalana, durante seis meses.
La “vieja canaria” es, en términos científicos, la sparisoma cretense, informa el periódico citado, un pez loro del Atlántico que fue observado en la localidad de Blanes. “Ello evidencia el calentamiento del mar en la costa catalana”, informan los organizadores del proyecto.
Otra especie marina procedente de Canarias, el gusano de fuego (hermodice carunculata) ha aparecido también en la costa de Tarragona.
Quienes saldrán ganando por el hallazgo son los catalanes. “La vieja canaria” es un manjar marino exquisito que conforma uno de los platos más típicos y codiciados de las Islas Canarias, que se sirve con la papa autóctona y con el famoso mojo canario –rojo o verde, o los dos— y que supone una exquisitez culinaria.
No se disponía de información de una anterior presencia de la popular especie en ninguna de las costas española, hasta ahora. Sólo se tenía noticia de ella como un pez que vive habitualmente en las costas de las Islas Canarias.
La “vieja canaria” fue detectada en Cataluña por una pareja que hacía apnea en el mar de Blanes (Gerona). Y el gusano de fuego fue visto entre las rocas de unos espigones por un submarinista en el Parque Submarino del SES (Sociedad de Exploraciones Submarinas) de Tarragona.
El cambio de temperatura en el mar nos está trayendo estas sorpresas, que significan un cambio de hábitat por parte de algunas especies, que emigran a mares más cálidos, sobre todo en el Mediterráneo. El hallazgo es, cuanto menos, curioso, por lo raro de la presencia de nuestra popular “vieja” en esos mares. Parece que estamos perdiendo su exclusividad.