Pasarán años antes de que se pueda construir sobre los terrenos ocupados actualmente por la refinería de petróleos de Santa Cruz, ahora inactiva en tareas de refino de crudo. El Ayuntamiento y Cepsa han llegado a acuerdos para la reconversión de esos terrenos en urbanos, con zonas ajardinadas y otras habitables, que constituirán en el futuro la expansión de la ciudad por el sur. Pero habrá inconvenientes graves.
Lo cierto es que tendrán que pasar años para que esos terrenos, con un subsuelo empapado de crudo y de petróleo refinado, amén de derivados de la industria, a causa de filtraciones habidas allí durante más de medio siglo, queden libres de contaminantes. Y sólo con el visto bueno medioambiental, de las autoridades correspondientes, los solares, tan apetecibles, podrán ser aptos para albergar edificaciones y parques.
Millones de toneladas de tierra deberán ser removidas y descontaminadas, porque tampoco podrán trasladarse a un lugar cualquiera, sino a los habilitados, por ley, para albergar los productos dañinos para la salud. No será fácil la expansión hacia el sur de la capital tinerfeña sobre terrenos considerados medioambientalmente peligrosos por los restos de derivados del petróleo que allí se concentran. Incluso, repito, con riesgo para la salud de las personas.
Por otra parte, hemos tenido acceso a la ficha oficial del Gobierno de Canarias, que confirma la información de ayer de El Burgado.com relativa a los 32 millones de litros de vertidos fecales lanzados diariamente al mar por la ciudad de Santa Cruz de Tenerife.
El Gobierno de Canarias, en su ficha de 2021, que es el último censo conocido, indica que el vertido está “activo, no autorizado, su naturaleza es agua residual urbana, el caudal es de 1.366 metros cúbicos/hora x 1.000 = 1.366.000 litros/hora x 24 = 32.784.000 litros/día”. En el resumen del estado de la situación, el Gobierno de Canarias la califica de “precaria”.
Este documento oficial, según la Asociación Canaria de Consultores Medioambientales, a cuyo presidente volvió hoy a consultar El Burgado.com, “pone de manifiesto las medias verdades del Ayuntamiento de Santa Cruz”.
La Asociación confirma esta noticia que ofrecemos en portada, indicando su representante que “los terrenos de la refinería deben ser descontaminados, antes de que empiece la construcción sobre ellos; es obligatorio por ley. Esta operación tardará años, sobre todo por los movimientos de tierra que tienen que hacerse, millones de toneladas. Si no se siguen las normas descontaminantes, ello podría afectar a la salud de los futuros habitantes de los edificios que se construyan en el lugar”, afirmó el presidente de dicha Asociación, Juan Rumeu de Lorenzo Cáceres.
Nuestro periódico ha hablado con expertos que sostienen que los restos de crudo y de petróleo refinado en el subsuelo de la capital tinerfeña siguen siendo una amenaza, sobre todo medioambiental, para la ciudad. Incluso podría existir riesgo de combustión porque quedan numerosas tuberías que atraviesan Santa Cruz, con restos de petróleo en ellas.
Nunca se le ha prestado atención a esta circunstancia, ni siquiera cuando estaba operativa la refinería. Entonces el riesgo era mucho mayor, por supuesto. Ahora ha bajado considerablemente, desde que se apagó la llama de la torreta de Cepsa. Pero la amenaza medioambiental existe, que se amplía a otros riesgos igualmente graves relativo a gases y a otras sustancias inflamables.
Que pena!!!