Ayer, día de partido, me quedé en casa concentrado. Me llamó poca gente, así que será difícil enhebrar un diario doméstico para el Pipol.
Me hablan de que Google Maps ya tiene puesto lo del Golfo de América en el Golfo de México, aunque sea entre paréntesis. Acabará Trump saliéndose con la suya. Me imagino el cabreo de la Sheinbaum esa, la discípula aventajada de López Obrador, que es quien realmente manda. A Obrador le costó llegar a la presidencia, pero ahora es el que manda en México y ya no es presidente ni es nada. También me llama Félix Lam para darme cuenta de la nevada que ha caído sobre Nueva York y me envía una foto del panteón de Celia Cruz, con sus aledaños completamente nevados.
Félix, nuestro corresponsal, escoba en mano, es el custodio de ese panteón y lo tiene como los chorros del oro, en el cementerio de Woodland, en el Bronx. Allí tienen también su panteón varios de los pasajeros que murieron en el naufragio del “Titanic”. Y un montón de gente famosa. El cementerio es precioso, enorme y hay que recorrerlo en coche porque tiene carreteras interiores. Yo he estado un par de veces. El panteón de Celia Cruz está situado al borde de una de las carreteras y ahí descansa también su esposo, Pedro Knight. Félix prepara un libro sobre Celia Cruz, bajo los auspicios de Omer Pardillo, último representante y heredero de La Huarachera de Cuba. Mañana tengo que salir a comer en Los Limoneros, así que me enteraré de más cosas porque esto de estar encerrado en casa te deja sin noticias. Por cierto, ha telefoneado un señor muy cabreado por el carril bici de Bermúdez. “¿A quién se le ocurre?”, me dice, “vas pedaleando desde la plaza de España a La Rambla y te tienen que ingresar en una clínica”. En una ciudad con la morfología de Santa Cruz un carril bici es un verdadero disparate. ¿Es por el dinero de Europa? Puede ser, pero, coño, que lo inviertan en rehabilitar el Castillo de San Andrés o en hacer un estadio de pádel en Las Teresitas o en comprar colonias para las señoras y señores concejales pero no en un carril bici, que está bien en bajada pero en subida hay que coger un teleférico. Las obras tienen colapsada la capital. Un desastre. Bueno, pues eso, que me pasé un día bastante aburrido, hasta la hora del partido, cuando me tocó sufrir, claro. Cualquier aficionado al Real Madrid sufre, porque el equipo no está pasando por sus mejores momentos. Por cierto, el gol de Halland fue un fuera de juego de libro, por mucho que el VAR haya tardado cuatro minutos en decir que no, que el jugador del City estaba en posición legal. Y mira que Turpin, el árbitro francés, es muy bueno. Guardiola estaba más nervioso que Ancelotti y Bellingham no estaba, pero ¡vaya segunda parte del inglés! Bueno, lean la crónica, que aquí no va. Pero el Madrid dio una lección de fútbol en la segunda parte y ganó con merecimiento.
Juanito Cruz dará creo que hoy, una conferencia en La Palma, en un festejo de la Diputación del Común. Los extremeños se tocan y Lola no me iba a llamar a mí para la conferencia, llama a un correligionario y paisano. Lola no es muy trabajadora que digamos, así que la Diputación del Común será una caca al final del mandato. Ya lo verán. A no ser que Alarcó lo arregle. ¿Cuánto cobró por su trabajo Juanito Cruz? Serán los gastos y algún óbolo, digo yo, porque no lo sé. Y así trascurrió el día, con la alegría por el triunfo del Real Madrid y también porque la semana sigue su curso sin graves adversidades. Aunque cada vez que lo digo pasa algo. Ojalá que no, que esta vez me equivoque de plano.
