Bueno, pues ayer me aparece un amigo en Los Limoneros con un cojín que me manda Inurria, con el logo de Irurria Style, para que descanse la cabeza y de camino para que le haga propaganda en Tik Tok, imagino. La verdad es que el cojín es bonito, pero yo le tengo un apego especial al que luzco con la bandera de los Estados Unidos y que me ha traído suerte. Bueno, suerte, lo que se dice suerte, no mucha, porque no levanto cabeza. Menos mal que mi amigo Félix, nuestro informático, ha sustituido el infame teclado negro que compré el otro día en el Puerto por otro blanco, al que acabaré borrándole las letras de tanto aporrearlo. ¿Ustedes saben cuántos folios escribo yo al día? No menos de diez. Un amigo me dice que lamenta que tenga que estar tan atento a una actualidad –la española— tan atormentada. Es que no paran de producirse acontecimientos. Y estos tíos no se van. La solución la tengo, y la repito en cada artículo: Limitar los mandatos a dos, sin posibilidad de repetir ni siquiera alternativamente. Así se acaba todo el cuento porque los políticos, los corruptos y los otros, saben que tienen fecha de caducidad. A ver si el cojín de Inurria me trae suerte y soy capaz de llegar a final de mes, porque últimamente la cosa flaquea mucho. El viernes, nuevas grabaciones parta Tik Tok en la Plaza de la Iglesia portuense, con producción de Patricia Fernández y dirección de Inurria junior y un protagonista que no me acuerdo de cómo se llama, pero creo que tiene gran predicamento en las redes. Ya veremos qué tal sale. De momento, el video de Zaplana y su condena a talego ha superado los 40.000 visitantes y sigue subiendo, aunque mi récord creo que está en 270.000 o algo así, de un solo video, que permanece anclado. Yo no entiendo muy bien de redes, pero tengo al lado gente que sí sabe de eso y las maneja bastante bien, con el cojín de Inurria detrás, como telón de fondo. Este mes me ha tocado cambiarle dos gomas al coche, lo que me ha descoyuntado el presupuesto, y eso que encontré un precio estupendo en Simeón e Hijos, en el Polígono San Jerónimo, La Orotava, todo un descubrimiento de atención y de buen material. Buen material porque los cauchos son de gama alta, marca Dunlop.
Los delanteros, igualmente de gama alta, Michelín. El chico que las colocó en el coche, en sustitución de las viejas traseras, me dice: “¿Sabe usted cuántos años tenían estas cubiertas?”. Le respondo que no, y añade: “¡Pues son de 2009!”. Joder, que unas cubiertas duren quince años no es normal. Bien es verdad que yo no cojo el coche todos los días, sino que espacio mucho mis salidas, pero aún así, joder, pues sí que eran buenas y que rodaban bien , porque yo paso las ITV siempre sin problemas. Hoy desayunaré al lado del Penitente, con mi hija y con mi yerno y así los veo, porque aunque los dos trabajan en el Puerto se lo toman tan a pecho que apenas me vienen a ver.
Menos mal que hoy me traen un regalo: una pulsera con la bandera de España y la de Castilla que me ha hecho y enviado Cris, una amiga que vive en Madrid. Me la pondré enseguida. Faltaría más.
me gusta mucho el cojín