El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha indicado el viernes (y la COPE lo ha difundido en sus boletines informativos) que “tiene la intuición” de que si el papa Francisco decide visitar España lo hará a Canarias. El pontífice ya le indicó al presidente Clavijo, el pasado enero, que “se lo pensaría” e intentaría buscar el momento adecuado.
Tanto el arzobispo Argüello como el cardenal de Madrid, José Cobo, han sido recibidos por Francisco en el Vaticano, junto a otros directivos de la Conferencia Episcopal Española, que recientemente renovó sus cargos.
Francisco podría visitar Canarias, según fuentes vaticanas, coincidiendo con un probable viaje a Argentina, su país, que el pontífice quiere realizar como final de su pontificado. El papa ha cumplido ya 87 años y está muy mermado de salud, lo que le ha obligado a ingresar varias veces en la clínica romana Instituto Gemelli, que suele ser el hospital asignado a los altos dignatarios de la Iglesia para sus intervenciones y tratamientos.
Todavía no está decidida en firme la visita, pero parece más que probable, incluso por razones de logística en el larguísimo viaje a Argentina desde Roma, 14 horas y 10 minutos, una ruta demasiado larga para hacerla de un tirón, sobre todo teniendo en cuenta el precario estado de salud de su santidad.
En Roma se da como “muy probable” la escala en Canarias de Francisco, unas islas azotadas por la inmigración y la muerte en el mar. El papa ya visitó la isla italiana de Lampedusa para solidarizarse con los que abandonan la pobreza para buscar una vida mejor. Su santidad es muy sensible con la inmigración y con la situación en los países azotados por la extrema pobreza y la corrupción sistémica, sobre todo el África central.
Luis Argüello reconoció que hablaron sobre el tema con el papa. El abogado y arzobispo de Valladolid, presidente de la Conferencia Episcopal, rogó al sumo pontífice que forzara esa escala en Canarias, donde el drama de la inmigración se ha hecho insoportable en algunos momentos.
Estamos a la espera de que Francisco decida este viaje, que podría durar unas 24 horas antes de continuar viaje a Argentina, en un avión de Alitalia contratado por el Vaticano, como es habitual en los periplos de los papas al extranjero.
