Ay, Mazón

Aquí nadie se va. Ni Mazón, que es un batata. Ni Azabache Sánchez. Aquí todo el mundo se queda porque los políticos ganan mucho dinero y, por lo general, antes de entrar en la política son pobres y cuando salen son ricos. Que se lo pregunten a todos los muertos de hambre que viven de esto en España. Yo no digo que Mazón sea un muerto de hambre, pero ayer, en las Cortes Valencianas, no demostró sus habilidades ni como gestor de una crisis, ni como gobernante, ni como orador. Fue un desastre. Se lo comieron entre todos. Pero no se va, dice que se queda hasta organizar y culminar la reconstrucción. Pues tiene para rato porque la Comunidad Valenciana es un solar. Que no me hable nadie más de la pertinaz sequía, porque Valencia tiene agua para los restos. Quien quiera atribuirlo al cambio climático que lo haga, pero esto es una DANA y las DANAs han existido siempre y las inundaciones en Valencia son históricas, hasta que a un ingeniero, en los tiempos de Franco, se le ocurrió desviar y canalizar el cauce del Turia, bordeando la ciudad. Y así la capital se ha visto libre de una catástrofe para siempre. Mazón, que dicen que cantó –mal– en Eurovisión, debió quedarse para siempre en el back stage del festival. Pero ya es tarde para eso. Si fue elegido, como también lo fue Pedro Sánchez, aunque no ganara ninguno por mayoría absoluta, pues que afronten valientemente la ira del pueblo, que se los ha querido comer crudos a ambos. Sánchez, fiel a sus altos vuelos, se fue a Brasil en el Airbus –le dejó el Falcon al rey para moverse por Ecuador— y Mazón se quedó aquí, a hacer el tolete en la tribuna de oradores. No pasó el examen, como tampoco lo pasó Teresa Ribera en Bruselas. Ni creo que lo pase en el Congreso de los Diputados, en Madrid. La gente va espabilando. El Gobierno de Sánchez es materia inservible, aquí quien realmente gobierna es Puigdemont desde Waterloo o desde Barcelona, que a lo mejor está en Barcelona porque creo –eso dicen— que se cuela en España cuando quiere. Sánchez ha puesto aire por medio, para hablar del clima con Lula (dos grandes especialistas en la materia), igual que Zapatero, ¿o no recuerdan cuando dijo aquella gilipollada de que la Tierra era del viento? Adiós, Joan Báez.