La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, ha manifestado su creciente inquietud ante el fortalecimiento de las relaciones militares y estratégicas entre Rusia, China y Corea del Norte, calificando esta alianza como «extremadamente preocupante» y una amenaza directa al orden internacional.
Esta preocupación se intensifica tras la confirmación del despliegue de más de 10.000 soldados norcoreanos en la región rusa de Kursk, quienes están participando activamente en el conflicto en Ucrania. A cambio, Rusia ha proporcionado a Corea del Norte tecnología avanzada en misiles y apoyo nuclear, lo que ha generado alarma en la OTAN y en países como Estados Unidos, Japón y Corea del Sur.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha instado a China a utilizar su influencia sobre Pyongyang para detener este apoyo militar a Rusia. Rutte enfatizó que «China tiene una responsabilidad especial en este asunto» y que no puede pretender promover la paz mientras ignora las agresiones de sus aliados.
Por su parte, la Unión Europea ha advertido que responderá si Corea del Norte continúa su intervención en Ucrania, considerando esta acción como una prueba de que Rusia no busca la paz y está escalando el conflicto con la ayuda activa de sus aliados.
Además, la UE y la OTAN han condenado un reciente ciberataque contra el Ministerio de Exteriores de la República Checa, atribuido al grupo de hackers chino APT31, vinculado a los servicios de inteligencia de Pekín. Este incidente ha sido considerado una violación del derecho internacional y un patrón creciente de amenazas cibernéticas provenientes de China.
En este contexto, la UE y sus aliados están intensificando sus esfuerzos diplomáticos y de seguridad para contrarrestar la influencia de esta alianza trilateral.
La situación actual refleja una escalada significativa en las tensiones geopolíticas, con la UE y la OTAN buscando estrategias para enfrentar una alianza que desafía el equilibrio de poder global y amenaza la seguridad internacional.





