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miércoles, 25 junio,2025

Yolanda Díaz rediseña Sumar para garantizar su supervivencia

Sumar cierra este fin de semana su proceso de refundación con la celebración de su segundo congreso, que llega tan solo un año después de su creación. A pesar de los cambios en la dirección, con Lara Hernández y Carlos Martín como nuevos coordinadores generales, la verdadera cuestión es que el liderazgo político sigue recayendo en Yolanda Díaz, quien continuará con su rol como vicepresidenta del Gobierno. Lo que realmente marca este congreso es la clara renuncia a la idea original de crear un partido único que aglutinara a toda la izquierda alternativa bajo el liderazgo de Díaz. De hecho, el proyecto se reconfigura ahora como una «pieza más» dentro del complicado panorama político, sin capacidad para imponer su visión sobre los demás socios.

El giro que Sumar da a su rumbo es evidente al enfrentar uno de los debates más tensos dentro del espacio: la postura respecto al gasto militar. En este terreno, el sector más antimilitarista ha logrado imponerse, llevando a la vicepresidenta a ajustar su discurso y abrazar, por primera vez, la idea de salir de la OTAN. Esta nueva postura no proviene de una línea directa marcada por Díaz, sino que ha sido impulsada por la presión interna de sus socios, quienes ahora defienden una toma de decisiones más democrática y horizontal, alejándose de la concentración de poder que había intentado instaurar la vicepresidenta.

La ambición inicial de Díaz de liderar un proyecto estatal que agrupara a todos los partidos de Sumar, incluidos los nacionales y autonómicos, quedó enterrada con las sucesivas derrotas electorales que sufrió el Movimiento Sumar. Los resultados en Galicia, País Vasco, Cataluña y las europeas redujeron el poder de la vicepresidenta y fortalecieron a otros actores como IU, Más Madrid y Compromís, que comenzaron a exigir una relación más equilibrada y colaborativa dentro del espacio.

Este conflicto de intereses estalló definitivamente tras la debacle de las elecciones europeas en junio de 2024, un punto de inflexión que obligó a Díaz a replantear su estrategia política. En lugar de continuar en la gestión interna de Movimiento Sumar, Díaz decidió apartarse para centrarse en su papel en el Ejecutivo, donde ha recuperado algo de su popularidad a través de medidas como la subida del salario mínimo, la reforma de la jornada laboral y la defensa de que este salario no tribute en 2025. Esta decisión le permitió desvincularse de los continuos enfrentamientos internos del espacio, dejando el control de Sumar en manos de sus colaboradores más cercanos.

El congreso también marca un cambio importante en la estrategia electoral, con la promesa de primarias para elegir las candidaturas. Esta medida, que había sido una línea roja para Podemos, ahora se presenta como un intento de reconciliación con los socios más críticos y de abrir la puerta a un pacto con los morados. Aunque el camino hacia un acuerdo sigue siendo complicado, la promesa de primarias al menos mantiene abierta la posibilidad de un entendimiento, algo que parecía imposible tras los desencuentros del 2023.

Con todo, el futuro de Sumar parece cada vez más incierto, mientras Yolanda Díaz continúa maniobrando para mantener su liderazgo en un espacio político que, a pesar de las promesas de unidad, sigue fragmentado y lleno de tensiones.

Gabriel Suárez
Gabriel Suárez
Redactor de El Burgado, estudiante de Periodismo en la Universidad de La Laguna, directivo de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas, Vicepresidente del Consejo de Estudiantes de la Universidad de La Laguna y colaborador en programas de televisión y emisoras de radios

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