
Como mi amigo Félix Lam es muy despistado, le recomendé que viajara desde Nueva York con equipaje de mano. Total, para cinco días. Y así hicieron él y su esposa, Mabel. Llegaron a Tenerife sin pérdidas, pero a la vuelta, en Madrid, antes de tomar el vuelo de Iberia para los Estados Unidos, para Nueva York concretamente, Lam perdió su equipaje de mano. Lo están buscando, pero no sabe dónde lo metió. Es el primer pasajero del mundo que se olvida de su maleta de mano, según los expertos, pero ahí está el pobre Félix, en su bonito piso neoyorquino, esperando noticias. De momento, no hay noticias. En la maleta, sólo ropa y algún que otro regalo, pero nada importante. El que fuera fotógrafo de Celia Cruz, que tiene 84 años, deberá colocarse unos audífonos uno de estos días porque está sordo como una tapia y esto le aísla del mundo exterior.

Por cierto, gracias a Alejandro, el sobrecargo del vuelo de IB a NY, que se ocupó de los esposos Lam a bordo. Y muchas gracias a mi buen amigo Jose Reverón, TCP de Iberia, que fue quien organizó esas atenciones, a pesar de estar de vacaciones en Tokio. Los teléfonos móviles obran milagros. Ayer llamé a Félix a Nueva York y ya estaba en B&H, la famosa tienda de artículos electrónicos regentada por judíos, una maravilla. Hay de todo y repuestos para todo. Le regalé a Félix dos pequeñas máquinas fotográficas para que no esté cargandoa todos lados su pesada Canon profesional. Entre las dos, una Nikon diminuta, la cámara más pequeña que ha fabricado la casa japonesa, pero no tenía el cargador. Ya lo consiguió en B&H. Es de esperar que no lo pierda, como la maleta, de regreso a casa. Félix ha prometido que volverá a Tenerife, porque yo creo que el matrimonio no puede vivir sin la isla a cuestas. Se enamoraron de Tenerife y no faltan a su cita. Lam, además de sordete, anda un poco desmemoriado, pero por lo demás, bien. Pues que vuelva.

Ayer me mandó Juan Inurria la foto de un cervecero de La Laguna, que representa a un grupo de jóvenes emprendedores que fabrican cerveza de gran calidad. La Armada, se llama esta fábrica, que está causando sensación entre los aficionados a la birra, entre los cuales me cuento. Estoy deseando probarla, a ver si uno de estos días me voy a La Laguna con Juan y me echo un sorbo. Cada vez hay más gente que emprende y que tiene éxito. Fabricar cerveza tiene sus dificultades, pero conozco varias marcas nuevas hechas y comercializadas en Tenerife que superan con creces a las grandes marcas que están en el mercado. Así que adelante y ya hablaremos de ello cuando tengamos más datos.

Hoy me he tomado el día de descanso, repartiendo monedas de Celia Cruz a diestro y siniestro. Hay que ver cómo se recuerda a la artista en Tenerife. Los amantes de la salsa, y de la canción latina en general, sienten mucho amor por esta mujer, de la que se ha escrito tanto. La aparición de su moneda conmemorativa de 25 centavos en los Estados Unidos, junto con las de otras mujeres que marcaron toda una época, ha sido un acontecimiento. Y como Félix Lam me dejó tantas (que no se encuentran por la calle en USA, sino que hay que irlas a buscar a Pensilvania, porque las que están en circulación la gente las guarda y no las suelta), pues son más apreciadas aquí todavía. En fin, mañana, más.