Sigue Bolaños, el hombre chico del régimen, con la matraca de que Sánchez conteste por escrito las preguntas del juez Peinado, porque es el presidente y porque la ley lo ampara. ¿Pero por qué ese miedo a declarar ante el magistrado, como cualquier españolito? Le va a ser dura la vida a Sánchez cuando deje de ser Sánchez y se convierta en Sanchito. No va a poder resistir la vida de civil, viajando en clase turista y haciendo la infinita cola del control de seguridad de Barajas, en pleno agosto, sin Doñana, sin La Mareta, sin Guardia Civil, como un ciudadano normal que tiene que ir al mercado de San Miguel a comprar dos kilos de chuletas de cochino para hacer una barbacoa en casa. Esto es muy duro, lo será, para un Sanchito sin cargo, ni en el PSOE ni en el Gobierno, que todo le llegará porque los que duran eternamente en los cargos son los dictadores y él no lo es, ¿no? ¿O sí? Me da que la familia Cebolleta está cagadita de miedo con Peinado, que es un magistrado contumaz, que cumple con su trabajo. No han hecho sino solicitar prebendas judiciales: que si entrar por el garaje, que si Peinado no vaya a La Moncloa, que si no citen a los de la Complutense, que si Begoña se calla y no contesta, que si 200 polis para custodiarla, que si Sánchez va como marido, pero es el presidente. Coño, déjenlo ya, cojan una moto y vayan al juzgado, declaren y vuelvan a casa, ya digo que como cualquier español. Parece que estoy repitiendo lo de ayer, y en realidad lo estoy repitiendo, pero no hagan más el ridículo. ¿Pero qué es lo que temen, tan pringados están, tanto miedo le tienen al juez, tanto temor a meter la pata? Es lo malo que tiene el poder, que uno se acostumbra a él y ya no lo quiere soltar; y pactan con etarras de Bildu, con delincuentes catalanes de medio pelo, con alborotadores callejeros, fabrican leyes para ellos, hacen lo que sea para quedarse sentados en el trono de La Moncloa, que deberían entender que es efímero: y si no que se dedique la familia Cebolleta a otra cosa, a explotar las saunas gays de su suegro Sabiniano, paz descanse, por ejemplo. Además, Sánchez tiene cara de portero de discoteca, lo saben todos menos Ursula Von der Leyen que dicen que se ha enamorado de él, pero yo creo que todo es platónico, que ahí no hay nada serio. Y luego está Bolaños, que en la Edad Media sería bufón de Corte con antiparras, convertido en edecán de su jefe, proclamando sus derechos y la inocencia de la familia Cebolleta. Pero, claro, si a Bolaños le dan la patada, ¿dónde va? Bueno, al Banco de España, donde tiene un puesto de letrado, aunque él es especialista en pleitos laborales o algo así, según leo en su currículo. Por lo menos este no ha copiado una tesis doctoral, como su jefe, que es doctor chimbo. En fin, que no sé lo que hará Peinado de aquí al martes, pero supongo que irá a La Moncloa, como estaba previsto, con las cámaras del juzgado, los focos, los técnicos, los abogados de una y otra parte, el letrado de la Administración de Justicia, algún funcionario judicial y lo que haga falta. Y ya está. ¿Quién dijo miedo?