Warren Buffett, el icónico inversionista de 94 años, dejó atónitos a los accionistas de Berkshire Hathaway al anunciar su retiro como CEO al cierre de este año, marcando el fin de una era tras 60 años al frente de la compañía. Durante la reunión anual de accionistas celebrada este sábado en el CHI Health Center de Omaha, conocida como el «Woodstock para Capitalistas», Buffett reveló que recomendará al consejo de administración que Greg Abel, actual vicepresidente, asuma el cargo de director general a finales de 2025.
Buffett, quien transformó Berkshire Hathaway de una textilera en quiebra a un conglomerado valroado en 1,14 billones de dólares, expresó su confianza en Abel, de 62 años, quien ya gestiona los negocios no relacionados con seguros de la empresa. “Ha llegado el momento de que Greg se convierta en el director general de la compañía a fin de año”, afirmó Buffett, recibiendo una ovación de pie de los miles de asistentes. Añadió que no tiene intención de vender ninguna de sus acciones, subrayando su fe en el futuro de la empresa bajo el liderazgo de Abel.
El anuncio, que no había sido anticipado ni siquiera por Abel, llega tras años de especulaciones sobre la sucesión de Buffett, quien previamente había descartado planes de retiro. Además, Buffett aprovechó la reunión para advertir sobre las consecuencias globales de las políticas comerciales de Donald Trump, calificando las tarifas arancelarias como un «gran error» que podría interpretarse como un «acto de guerra» y aumentar la inestabilidad mundial. “Deberíamos comerciar con el resto del mundo, haciendo lo que mejor sabemos y dejando que ellos hagan lo que mejor saben”, enfatizó.
La reunión también destacó la situación financiera de Berkshire, que acumula una reserva récord de efectivo de 347,7 mil millones de dólares, reflejando la cautela de Buffett ante un mercado volátil. Mientras los asistentes celebraban su legado, muchos se preguntan cómo Abel manejará el vasto imperio de Buffett, que incluye negocios tan diversos como seguros, ferrocarriles y participaciones en gigantes como Apple y Coca-Cola. La transición, que se formalizará en las próximas reuniones del consejo, promete ser un momento definitorio para una de las compañías más influyentes del mundo.