
Resulta que Vinicius no es el Balón de Oro, porque la UEFA ha presionado para que no lo sea. Se lo dieron a Rodri, del City, que también lo merece, pero que no es Vinicius. Las cincuenta personas del Real Madrid que iban a acudir al acto de entrega se quedaron en tierra, incluido Florentino Pérez. La pelea entre el equipo blanco y la UEFA, que ha entrado en el Balón de Oro, se recrudece, y más tras el cabreo del Real por la derrota –justa— ante el Barcelona del sábado, en la que la UEFA no tiene nada que ver, claro. El Barcelona se frota las manos, viendo cómo “el mès que un club” va escapando mientras al Madrid le crecen los enanos. El fútbol tiene estas cosas: son hegemonías, hoy estás tú, mañana estoy yo. El Ajax es ahora un equipo del montón y ganó varias Copas de Europa, el Milan, lo mismo. Nunca se está eternamente en el podio y sólo el Real Madrid lo ha conseguido, pero a día de hoy le han perdido el respeto. Si le hubieran ganado al Barcelona estarían en París, porque sí ha sido premiado como el mejor club de Europa y Ancelotti como el mejor entrenador. El Real Madrid ha boicoteado el premio y a la UEFA y el premio y la UEFA han humillado al Real Madrid. ¿Se ha cargado el Real Madrid la fiesta para siempre? Puede ser, puede ser un precedente y el final del galardón. Habrá que esperar al desarrollo de los acontecimientos. Pero, el sábado, Vinicius tenía la mente en París. Ahora la mente de Vinicius regresará a la cruda realidad. No tiene premio y deberá mejorar su comportamiento en el campo. Divos en el mundo hay muy pocos y debe regresar a la humildad y al protagonismo justos. Yo me alegro por Rodri, pero Rodri no es el mejor jugador de Europa. A Messi le regalaron al menos dos de los Balones de Oro que consiguió y cuando la UEFA mete su zarpa en un premio que debe ser neutral, mal asunto. Se lo carga.
Vamos con otra cosa, con la foto que me han enviado, tomada en su día en el Ateneo de La Laguna, en la que aparece Juan-Manuel García Ramos, su hijo Alejandro, siendo un niño, y don Camilo José Cela, que además aportaba a la conversación una frase que Juan-Manuel recalca como memorable. El premio Nobel español decía que “A veces es difícil encontrar a alguien con menos sentido del espíritu de la lengua que un lexicógrafo”. Luego lo escribió en la página 11 del diario ABC un domingo 3 de septiembre de 2000. Yo no me perdía, en el ABC, los artículos de don Camilo, atrevidos, mordaces, llenos de costumbrismo y de sentido del humor. Al fin y al cabo él también fue un autor costumbrista, un heterodoxo, un hombre con un dominio del idioma castellano prodigioso.


Esta foto está en el álbum de Juan-Manuel y, con razón, porque recuerda tiempos en los que no había nacido ni siquiera Errejón. Del que todo el mundo habla ahora, pero Errejón no aparece. Una vez constatado que ya no es diputado, supongo que lo citará el juez, no creo que lo lleven esposado, como es costumbre por una mera denuncia. Vean ustedes las páginas de los periódicos y no leerán otra cosa que lo de Errejón y lo de Pedro Sánchez en la India, a donde se ha llevado a la Begoña Gómez para presentarla ¡a las autoridades académicas! Yo creo que ellos siguen creyendo, los dos, que Begoña es catedrática de universidad. Sánchez habrá estado, seguro, en Bollywood, porque él es un actor de cine, un fatuo y un hortera.

Tú a Bollywood y yo a la Uni, cojonudo, vaya par de cómicos que ha enviado España a agrandar la cultura milenaria hindú. El conejo me riscó la perra. Y una pregunta: ¿A qué fue Sánchez a la India? Parece que fue él quien solicitó viajar a ese país a las autoridades hindúes. Tres viajes en dos semanas. ¿Pero es que no se cansa nunca? Y con lo de Vinicius y Errejón, que son cosas, naturalmente, distintas, ¿Quién hablará de la pareja? Nadie. No saben nada los tíos.