Los vecinos de Geneto, en La Laguna, están al borde de la desesperación debido a las interminables obras de la compañía Red Eléctrica que han convertido su día a día en un auténtico calvario. La situación, que se ha prolongado durante varias semanas, no muestra signos de mejorar, afectando gravemente la calidad de vida de los residentes.
Las obras, destinadas a la actualización de la infraestructura eléctrica, se realizan en horas punta, precisamente cuando el tráfico en la zona alcanza su máximo apogeo. Los embotellamientos son constantes y paralizan las principales arterias del barrio, generando un caos de automóviles, guaguas y camiones. Esta situación es especialmente crítica dado que en la zona se encuentran un centro de salud, varios colegios y varias urbanizaciones de viviendas.
La obra en cuestión empezó hace meses. Se trata de un nuevo doble circuito eléctrico de 66kV soterrado entre las subestaciones Rosario y Geneto. Durante las últimas semanas ésta obra dejó cerrada al tráfico el camino La Charquilla, utilizado para el acceso a algunas empresas y viviendas en la zona, así como trayecto de unión entre las carreteras TF-263 y TF-265.
Tras finalizar esa etapa, las obras han continuado hacia la carretera de San Miguel de Geneto abriendo literalmente en canal a la urbanización Jardines de Geneto, hasta llegar a la TF-263, que luce en estos momentos como cualquier localidad de la Ucrania bombardeada, con una pésima señalización, semáforos desajustados e inservibles y una notable falta de información.
El anuncio por parte de Red Eléctrica al inicio de las obras, asegurando que “la ejecución se está coordinando con los organismos públicos, junto con ayuntamiento y policía para que la afección a la movilidad sea la menor posible, y se ha establecido la solución a la movilidad, fijando un recorrido alternativo para los vehículos”, no se ha cumplido. Ni hay alternativas, ni un solo policía ha sido visto por la zona, según varios vecinos consultados por elburgado.com
María González, una vecina del barrio, nos comenta indignada: «Es una falta de consideración total. No pueden realizar estos trabajos en la noche cuando hay menos tráfico. He llegado tarde al trabajo varias veces y llevar a mis hijos al colegio se ha vuelto una odisea diaria». La frustración de esta vecina es compartida por muchos otros residentes que ven cómo su rutina diaria se ve interrumpida por estas obras.
En un bar de la carretera por la que transcurren la instalación de la línea eléctrica, un jubilado se queja del embotellamiento: «Cuando dejas de pagar unos días el recibo, estos tíos te cortan la luz; pero el ayuntamiento a ellos no les corta la obra por estar jodiendo”. Tras beber un poco del café que sostiene en sus manos, asegura que “con tanto dinero que maman ¿y no tienen para pagar a trabajadores que hagan la obra por las noche? Al menos que no cobren el recibo este mes para compensarnos».
Los padres que llevan a sus hijos al colegio se enfrentan a atascos interminables, y la situación se agrava con la presencia de un centro de salud que atiende a numerosos pacientes diariamente. «No hay donde aparcar, la carretera está ocupada por palas y camiones que no dejan pasar, y esto dificulta el acceso a los enfermos que se acercan al centro», señala otro residente que se niega a dar su nombre preocupado por la situación.
A pesar de las quejas, el Ayuntamiento no ha tomado medidas efectivas para mitigar las molestias. Los residentes proponen que las obras se realicen en horarios nocturnos o al menos en momentos de menor actividad para minimizar el impacto en el tráfico y la vida diaria del barrio. Sin embargo, la compañía eléctrica alega que trabajar de noche incrementaría los costos y podría causar molestias por el ruido, lo que genera un dilema que parece no tener una solución a corto plazo.
Mientras tanto, los habitantes de Geneto continúan sufriendo las consecuencias. «Estamos atrapados en nuestras propias casas, sin poder llegar a tiempo a nuestros destinos», lamenta Ana, otra vecina afectada. La comunidad exige una respuesta rápida y efectiva que equilibre las necesidades de la modernización eléctrica con el derecho a una vida cotidiana sin interrupciones.
La situación en Geneto es un claro ejemplo de cómo la falta de planificación y consideración puede transformar una obra necesaria en una fuente de problemas para la comunidad. Es hora de que las autoridades y la compañía eléctrica escuchen a los vecinos y busquen soluciones que minimicen las molestias y devuelvan la normalidad a las calles del barrio. De momento, y según las previsiones, los vecinos tendrán que seguir soportando este calvario durante al menos tres meses mas.
Excelente trabajo Don Andrés Chaves.