
Una agradable charla en Los Limoneros entre amigos, que se fueron añadiendo a la mesa mientras yo entrevistaba al doctor Antonio Alarcó para el Diario de Avisos. Se añadieron Carmen Rubio, Juan-Manuel García Ramos y Eligio Hernández. No está mal, tres catedráticos de Universidad –Antonio, Carmen y Juan-Manuel–, un magistrado y ex fiscal general del Estado y este modesto escribidor. Fue un rato agradable, hablamos de todo, incluida, cómo no, la figura de don Juan Negrín, en el que Eligio es especialista. Se habló de Inteligencia Artificial, en la que Alarcó no cree “porque siempre tiene que existir el que aprieta el botón”. Bueno, les remito a la entrevista en el Diario de Avisos, prevista para el lunes, con respecto a Alarcó. Pero da gusto hablar con gente inteligente, que sabe de casi todo. Eligio dijo que hablaba con Corcuera con regularidad y mostró su admiración y su respeto por Alfonso Guerra, del que contó alguna que otra anécdota. Como fue una conversación privada no me puedo extender en el contenido, pero, bueno, resultó la mar de entretenida. Cambio el tercio. No entiendo a los majoreros. Se les ha explicado por activa y por pasiva que la investigación, y en su caso la extracción, de las “tierras raras” de la isla se va a hacer con respeto absoluto al medio ambiente, pero los entusiastas e iletrados miembros de Nueva Canarias están, erre que erre, creyendo que eso va a ser como una cantera de áridos. Que no, coño, que hay métodos científicos y laboratorios especialidades para la obtención de unos componentes que sólo van a traer progreso y riqueza a los majoreros. Que no sean brutos, que esa absurda oposición al progreso va a conseguir que otras regiones españolas se incorporen al futuro y las islas no. Estos protestones son parecidos a los de la playa de La Tejita. ¿Dónde estudiaron ecología? Dios mío, hay gente con muy malas entendederas. Y, erre que erre, sigue protestando NC, no escarmienta. Y a otra cosa. ¿Pero cuándo se va Sánchez a China? ¿No era el lunes pasado? Ando yo despistado con las fechas de tan trascendental periplo. Zapatero, que es peor todavía que Sánchez, ya estuvo allí y creo que vuelve con el sátrapa, aunque no sé si en el mismo avión oficial para que seamos nosotros quienes les paguemos el viaje. Ellos dirán. Están que trinan con Pedro Sánchez las universidades privadas, a las que el felón de La Moncloa llamó “chiringuitos”. Y resulta que él y la mitad de sus ministros estudiaron en centros privados. Este tío cada día tiene menos vergüenza.

¿Y qué me dicen del pelota de Revilla? Pasó de llevarle anchoas al rey Juan Carlos a ponerlo como un zapato y tratarlo al trancazo, como a un vulgar delincuente. El rey emérito se ha sentido dolido y le ha interpuesto una querella por calumnias. Lo ideal sería, a mi modo de ver, que Revilla pidiera perdón y el rey le concediera el amán. Estas cosas, cuando entran en los juzgados, se van enredando y enredando y al final no se sabe cómo terminan. Mejor es arreglarlo por las buenas, aunque Cáritas se quede sin los 50.000 euros que le pide el rey a Revilla (no confundir con Chorizos Revilla, que es una conocida marca comercial). Es el ex presidente de Cantabria, que a mí me cae bien, aunque le gusta más acudir a un programa de la tele que a un bobo un bolígrafo. Y eso.