Esta vez con corbata azul, Donald Trump vivió el martes –madrugada del miércoles en España— su segunda jornada en la Convención Nacional Republicana, escuchando a rivales de postín, como Ron Desantis, gobernador de Florida; Nikki Haley, ex embajadora USA ante las Naciones Unidas; Anne Fundner, cuyo hijo murió por una sobredosis de fentanilo y culpó a Biden de ello por no proteger las fronteras por donde pasa la droga; su antigua secretaria de prensa en la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, que le adora, 41 años, y que hoy es la primera mujer gobernadora de Arkansas; y Marco Rubio, hijo de emigrantes cubanos y senador por Florida, que ha sido uno de los aspirantes no nominados a la vicepresidencia con Trump y que, de facto, renunció para apoyar al que va a ser candidato presidencial único el jueves y al elegido para la vicepersidencia, Vance.
Trump está muy serio, muy maquillado y sigue con rostro cansado. Su nuera, la esposa de su hijo Eric, que es vicepresidenta de la Convención Nacional Republicana, Lara Trump, hizo un canto a la familia americana y a los valores que adornan a su suegro, precisamente como hombre de familia. Destacó que le había ayudado mucho en su vida, mientras su esposo, Eric Trump, aplaudía desde la tribuna. Ha estado junto a su padre desde el atentado del pasado sábado, no se ha separado de él, al contrario que sus hermanos, que han hecho mutis por el foro.
Nikki Haley, ex embajadora USA en la ONU, fue contundente: “Trump tiene mi más enérgica aprobación”, dijo. Anne Fundner protagonizó un discurso lloroso, en el que aludió constantemente a su hijo, fallecido por la ingesta de pastillas de fentanilo. Dijo que Biden era el culpable, por no vigilar las fronteras y dejar pasar la droga. Ella lloraba y Trump, de pie, aplaudía. “El fentanilo es hoy la causa número uno de muertes entre los jóvenes de los Estados Unidos”, dijo Anne, con lágrimas en los ojos.
Sarah Huckabee Sanders, la antigua secretaria de prensa de Donald Trump durante parte de su mandato presidencial, hoy gobernadora de Arkansas (de donde salió Bill Clinton hacia la presidencia USA) llamó a Biden ignorante y dijo: “Seremos mucho mejores con Trump”. Y se refirió a las fronteras, al crimen y a la droga: “Trump es el líder que el país necesita”, añadió.
Ron de Santis encendió a la masa al arremeter contra Biden. De hecho, el suyo fue un apoyo total a Trump, que ya no tendrá rivales para lograr la nominación a la candidatura presidencial. Ahora menos que nunca. Y Marco Rubio, hijo de emigrantes cubanos y senador por Florida, que despertó el entusiasmo del público nada más acceder a la tribuna, indicó que “América es de la gente corriente” (ordinary people) y que Trump ha transformado el partido. Terminó su discurso diciendo que hay que hacer fuerte a América con Donald Trump de nuevo en la presidencia.
La nuera del candidato, Lara Trump, una guapa mujer de 41 años, presentadora de televisión, organizadora de eventos sociales importantes, esposa de su hijo Eric y vice CEO de la Convención Nacional Republicana, fue muy emotiva. Excelente oradora, de pausas convincentes y estudiadas, Lara Trump, muy segura en el escenario, enumeró las virtudes de su suegro. “Al contrario de lo que algunos dicen, mi suegro es una persona adorable, que quiere a su familia, que ama a sus nietos (ella tiene dos hijos con Eric Trump) y que es un hombre familiar y entrañable, al que debo mucho”, dijo.
Trump escuchaba, emocionado, las palabras de su nuera, que cerró la sesión del martes. El candidato y su segundo, Vance, que aspira a la vicepresidencia, estuvieron ayer más tiempo en el escenario de la Convención, en Milwaukee. Al final salieron ambos, acompañados por miembros del Servicio Secreto. Ni rastro de los agentes que escoltaban a Trump en el atentado de Pensilvania, excepto el jefe de la escolta. Al menos es lo que me parece a mí.