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Cajasiete
martes, septiembre 17, 2024

Trío de jetas

En estos días, la isla de Lanzarote tiene el dudoso honor de recibir a tres de los más ilustres caraduras que nuestro país pueblan; y lo de caradura es un calificativo suave porque estamos en verano y es momento de relax

El primero, baloncestista frustrado, que ejerce de presidente de un  ¿gobierno? en part time que dirían los ingleses, y de amante y solícito esposo, el tiempo que le queda libre, de la sin par, porque no hay dos, doña Begoña, esa ilustre codirectora de cátedra y máster en quien se da la curiosa circunstancia de que no podría matricularse en las enseñanzas que codirige por carecer de los requisitos mínimos para ello. Como diría nuestro inefable mago: ¿y eso cómo se come?

Los que se la están comiendo con papas son los docentes de la Complutense, que de ser la universidad más prestigiosa de España se ha convertido en la universidad de los chanchullos de La Moncloa, sin pasar por la casilla de salida; eso sí, costándole una pasta gansa.

Resulta curioso y asaz interesante, como decía Forges, que ello ocurra en la Complutense teniendo el PSOE una universidad hecha para y por el partido. Recordemos que la Universidad Carlos III la fundó y fue su primer rector el profesor Peces-Barba, ese sí jurista de reconocido prestigio porque sus publicaciones y su catedra lo avalaban. Y no como los de desconocido o demasiado conocido prestigio que rodean al PSOE actual.

Digo que han utilizado a la Complutense para esas cositas que investiga un juez. ¿Casualidad? No, causalidad sí, porque quitándole prestigio a la Complutense la nivelan a la suya. Lo grave son los rectores que se prestan a esos enjuagues y acuden como perritos falderos a La Moncloa a la llamada de su dueña. Les hacen el trile de nada por aquí y nada por allí y ¡zas! ahí va una catedrática de secano.

Pues bien, el señor presidente part time, que ha sentado sus posaderas en la piscina de La Mareta que pagamos todos, se podrá encontrar para hablar de negocios con el peor presidente que España ha tenido, hoy próspero mediador y  una especie de palanganero (véase como figura literaria)  del mayor delincuente actual con delitos de lesa humanidad como es Nicolás Maduro, al que  no le pongo señor delante porque no lo es. Porque también tiene el tal Zapatiesto mansión particular en la isla de los volcanes. Eso sí su seguridad personal y la de su familia corre a cargo de todos los españoles que pagamos impuestos porque los hay que no tributan, como algún carnal del  baloncestista frustrado, del que les voy a contar qué es lo que más le molesta y le hace tener siempre esa cara de cabreo permanente. Le jode, y se le nota, que nuestro amado rey es 10 centímetros más alto que él, más rubio, más guapo y que puede salir a la calle sin que le recuerden a sus ancestros porque es buena gente y se le aprecia. Pobre rey, el ganado que le ha tocado lidiar.

Y, como no hay dos sin tres, pues también ha llegado el camarada Illa, del que este digital publicó una foto vestido de falangista juvenil, cuadrado militarmente, “prietas las filas, recias nuestras escuadras van hacia el mañana que nos promete patria, justicia y pan…”, como dice el himno que cantaban aquellos jóvenes uniformados del franquismo. En la foto, está  vigilando una tienda vacía, por si se la quitaba alguno del actual PP que estuviera cerca,  lo que auguraba ya la  futura vacuidad de su ser porque, como dicen, la isla de Lanzarote es más triste que un día sin pan.

Al Salvador Illa no le ha ido mal, tiene como patria a Cataluña de la que es el molt honorable, lo de la justicia lo va a perpetrar con su socio Sánchez esquilmando a los españoles no catalanes para llevárselo crudo para su patria catalana en un ejercicio de psoelidaridad; y el pan, hay que joderse con el pan, en su etapa de ministro con pandemias, vacunas, Koldos etcétera, sacó para pa amb tomaquet que como todo el mundo sabe, no solo lleva pan, también tomate y jamón, mucho jamón que es donde está el truco.

Estos tres ilustres, que no ilustrados, están en Lanzarote. Si la mayoría de las ONGs no vivieran de la mamandurria de la inmigración y fueran honestas, organizarían una visita con algunos de los últimos migrantes que han llegado en patera, cerquita de la mansión estatal, para que el ínclito los invitara a té y a compartir la piscina. Que San Ginés confunda a este trío de ilustres que no ilustrados,  jetas.

Manuel Hernández
Manuel Hernández
Manuel Hernández es funcionario jubilado del Ministerio del Interior. Máster en Derecho por la ULPGC, es abogado en ejercicio y socio en un bufete con despachos en Madrid, Las Palmas de Gran Canaria, Tenerife y Lanzarote. Colaborador entusiasta del Grupo Burgado de toda la vida.

8 COMENTARIOS

  1. Qué bueno poder leer estás reflexiones e informaciones, variadas y ricas en contenido y forma, gracias.
    Cuento con seguir disfrutándolo e informándome desde la preciosa isla de la Palma

  2. Si payasos, pero a costa de nuestros impuestos. Me cuenta un conejero que desde hace años se ve alguna vez al Zapatiesto comprando en un super de Costa Teguise llevando habitualmente dos escoltas, pero que lo ha visto hace unos días y en vez de dos lleva cuatro. Es que hay bastantes venezolanos de los que ha expulsado su compadre Maduro viviendo en Lanzarote. Será por eso.

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