La Transgrancanaria 2025 ha sido testigo de una hazaña deportiva sin precedentes. El estadounidense Caleb Olson ha logrado el mejor tiempo en los 26 años de historia de la prueba, completando los 126 kilómetros en 12 horas, 17 minutos y 25 segundos. Sin embargo, más allá de la gesta individual, el evento también ha reflejado las luces y sombras de una competición que sigue evolucionando, pero que este año se ha visto obligada a modificar su recorrido y ha dejado ciertas dudas sobre su impacto en el trail running de élite.
El joven informático de Utah, con apenas 29 años, sorprendió al mundo con un ritmo que desafía cualquier expectativa en una carrera de montaña. Desde la salida en Las Canteras hasta la meta en Maspalomas, Olson se mantuvo imparable, resistiendo la persecución de los británicos Josh Wade y Jonathan Albon, el gran favorito. Su triunfo, además de histórico, también abre la puerta a la reflexión: ¿qué papel está jugando la Transgrancanaria en el circuito internacional?
Un podio con sabor internacional y sin referentes españoles
En el apartado femenino, la noruega Henriette Albon se llevó la victoria con un tiempo de 15h02m50s, seguida de la española Claudia Tremps. Una nueva edición sin un triunfo nacional en la categoría masculina y con una clara presencia de atletas extranjeros en los puestos de honor. La progresiva internacionalización de la carrera es innegable, pero también evidencia el dominio de corredores foráneos en lo que, hasta hace unos años, era territorio de leyendas locales como Pau Capell o Miguel Heras. Este último, a punto de cumplir 50 años, intentó mantenerse en la lucha hasta el último tercio del recorrido, pero acabó abandonando en el kilómetro 100.
Uno de los aspectos más controvertidos de esta edición ha sido la eliminación del paso por el Roque Nublo, la imagen icónica de la prueba. La organización, en acuerdo con el Gobierno de Canarias, decidió evitar su ascenso para proteger la zona, aunque la decisión generó división de opiniones entre los corredores y aficionados. Como alternativa, el trazado llevó a los atletas hasta el Pico de las Nieves, un punto con vistas privilegiadas, pero que no tuvo el mismo peso simbólico en la carrera.
