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martes, 29 abril,2025

Teorema de la confusión

Está tan liado el caso Koldo, que es también el caso Ábalos, que es también el caso Aldama, que al final la gente no va a saber por qué está el mediador de las mascarillas, Aldama, en el talego, ni por qué Felipe González dice que tiene sustitutos para Pedro Sánchez en mente, pero que no lo dice porque “si se conocen, están muertos” (sic). Me imagino que se referirá a que están muertos políticamente porque otra cosa sería el acabose, como diría el fallecido marqués de las Marismas del Guadalquivir en aquella película de Berlanga. Bueno, pues ya está Aldama en el talego y las flechas de Cupido apuntan a Ábalos, por el que el juez instructor ha preguntado ya a la presidenta del Congreso, la tal Francine, si  el ex ministro es diputado, para, en caso de respuesta afirmativa, mandar la causa al Supremo. Todo el mundo sabe que Ábalos es diputado, pero el juez instructor tiene que preguntarlo, aunque le conste, porque así lo exige el procedimiento. Pero, oh desazón, oh desdicha, tía Jadicha, que la UCO revela que fue Sánchez quien dio a Ábalos luz verde para que Delcy la Fea pisara tierra española con las famosas maletas pesadas, transgrediendo la prohibición europea. Y también ha averiguado la Guardia Civil, ¡bendito duque de Ahumada!, que Aldama, hoy en el trullo por decisión judicial, negoció con Delcy –bendita casualidad— la compra de 104 barras de oro por valor de 62,7 millones de euros, que fueron trasladados desde Moscú a Venezuela a través de Zambia. No, no me pregunten por ese cruce de caminos porque sé lo mismo que ustedes. Todo esto que les cuento lo saco de titulares de periódicos españoles. Interpreto que no es baladí que Sánchez haya autorizado el aterrizaje en Madrid de la Fea. ¿Por qué transgredir una prohibición europea? ¿Por nada? ¿A cambio de nada? Lagarto, lagarto. Si los jueces y la UCO siguen tirando de la manta, aquí tenemos caso, tan grave como los ERE de Andalucía, o más, porque por medio están ministros, mediadores y a lo mejor algún presidente, si es verdad que fue el Pichón quien autorizó el aterrizaje de Delcy en Barajas, contrario a la norma. Unos tipos, ya veremos cuántos y quiénes, hicieron fortuna con el dinero público destinado a la salud de la población durante la pandemia. Pandilla de sinvergüenzas. Y Sanchón y la otra siguen ahí, tan campantes. Porque por un oído les entran los titulares y los supuestos hechos y por el otro les salen. Luego mandan a una tal Alegría –yo la llamaría Tristeza— a montar el teorema de la confusión desde la sala de prensa del Consejo de Ministros. ¡Son una secta! Y cállate porque te mando a la Abogacía del Estado, que para nosotros es gratis.

Andrés Chaves
Andrés Chaves
Periodista por la EOP de la Universidad de La Laguna, licenciado y doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, ex presidente de la Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife, ex vicepresidente de la FAPE, fundador de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna y su primer profesor y profesor honorífico de la Complutense. Es miembro del Instituto de Estudios Canarios y de la National Geographic Society.

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