El golferío gubernamental no tiene fin. Ahora, para proteger a “su” fiscal, en un acto inédito en la historia de España, varios ministros de Sánchez lo defienden ¡frente al Tribunal Supremo! Es decir, colocan al tribunal en el banquillo y al imputado en la tarima. ¿Pero esto qué es? Ríanse ustedes de un estado comunista, gobernado en este caso por un auténtico demente que ha adoctrinado a los suyos con los métodos de una secta abominable, de una mafia sin sentido que está poniendo por los suelos la imagen de España. ¿Qué poder ha de reaccionar para evitar estos desmanes? Una ministra, la de Igualdad, la tal Redondo, ha apoyado al fiscal en una conversación con él, ofreciéndole una cenita, que naturalmente pagaremos los españoles con nuestros impuestos, y abriéndole las puertas del ministerio por si tiene que refugiarse por algo. Y otros ministros han puesto a caldo de pota al Tribunal Supremo, acusando gravemente al juez instructor y defendiendo al fiscal general, presunto delincuente. Que sigue ahí. Que se ve obligado a destituir a su segunda, también imputada por los mismos delitos que presuntamente cometió él, aunque García Ortiz pueda seguir en el cargo, porque su nombramiento es más político que profesional. Oigan, ¿qué está pasando en España, señores? ¿Qué país de gobernantes golfos, comenzando por el presidente del Ejecutivo, señalado en varias causas judiciales aunque todavía no investigado, ha creado este Sánchez que ha destrozado su partido y ha convertido a España en una piltrafa, con grave peligro de pasar al estatus de dictadura? ¿Dónde están las personas decentes del PSOE? ¿Por qué ningún socialista se atreve a votarle en contra en las Cortes Españolas, siendo fieles a lo que dicen en privado? Los barones del PSOE tienen una gravísima responsabilidad y deben rebelarse contra este lebranche sin escrúpulos, que está prácticamente huido de España, que ya no acude a actos institucionales, que se pasa el día por ahí defendiendo causas perdidas y que ha convertido a su Gobierno en una panda de fanáticos que cuestiona las decisiones del más alto tribunal de su país. ¿Pero esto qué es? ¿Cuál es el límite? ¿Dónde está la decencia del PSOE? ¿Por qué no salen públicamente, de una vez, los viejos líderes que quedan vivos de un partido que un día contribuyó al restablecimiento de la democracia y a la bendita Transición? Y, por último: Marlaska y Margarita Robles son magistrados. ¿Qué hacen, por qué no dimiten, cuando sus compañeros de Gobierno están atacando al Tribunal Supremo para defender a un presunto delincuente? ¿Dónde está la decencia de estas dos personas que pertenecen a la carrera judicial (Robles es magistrada del Supremo) y que, con su presencia en este Gobierno, se convierten en cómplices de quienes defienden al presunto delincuente y atacan al juez que lo ha imputado?
miércoles, 18 junio,2025