Sánchez rectifica

Sánchez rectifica y mantendrá un encuentro con el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, el viernes. Sánchez viajará a La Palma, quizá para comprobar que su Gobierno no ha cumplido con casi nada de lo que le prometió a los palmeros tras la erupción del volcán de Cumbre Vieja (a mí el nombre de Tajogaite no me gusta nada). Por fin, en La Palma, el veraneante de La Mareta atenderá las peticiones de cita del titular canario, para intentar resolver la situación de unos centros de inmigrantes atestados (han llegado a Canarias 23.000 hasta este mes de agosto, en comparación con los 10.000 del año pasado, hablo en números redondos). A la situación sanitaria preocupante, se une la laboral y las condiciones de futuro para esta gente, que no sabe a dónde ir. Todo, en una España en la que el paro no desciende significativamente y en la que los servicios públicos tampoco están diseñados para atender a una avalancha de gente como la que se está produciendo; el mismo drama que están sufriendo otros países, como Italia. Francia y Alemania están llenas de ilegales, sin oficio ni beneficio, la mayoría jóvenes, que quieren trabajar pero que no pueden y que se conforman con vivir de los subsidios del Estado, que hemos de pagar todos los contribuyentes. Me han enviado un video grabado en La Orotava de los propietarios de una vivienda que llegan a su casa y se la encuentran ocupada por marroquíes, que clama al cielo. Esas leyes hay que cambiarlas. No se puede estar defendiendo permanentemente al que no se comporta y al que allana la propiedad privada impunemente. No hay derecho. En el Derecho norteamericano esto sería de risa, no durarían dentro de una casa sino hasta que llegara la policía. Aquí hasta se ha llegado a alentar la ocupación por unos insensatos que ocupan cargos públicos. Parece que todo lo hacemos al revés, que no tenemos sentido de la medida, que hemos perdido los papeles. Y no es de recibo que los españoles, en su propio país, pierdan derechos, no los ganen. Sánchez ha tenido a bien recibir a Clavijo en La Palma, antes de su gira africana. Muchas giras pero cada vez menos resultados. La actuación internacional de este hombre da risa, no ha resuelto ni uno solo de los problemas que tiene España planteados en este momento. Tiene nulo prestigio dentro y fuera de España. Es una calamidad. Pero, eso sí, una calamidad en vacaciones, que no renuncia ni a un solo día de asueto, utilizando sin pudor recursos del Estado para fines privados, como el uso de La Mareta, que correspondería al jefe del Estado y no a él. ¿Para qué repetirlo más veces si está sordo para lo que le conviene? ¿Habrá dos Falcon, uno para la gira africana y otro para devolver a su familia a Madrid? ¿O va a disimular, se irá con todos a Madrid y allí cogerá otro avión para volver a África? Este tío es capaz de cualquier cosa. Ni lo duden.